Encuentro cercano romance Capítulo 288

Justo cuando Antonio revisaba el hombro de Danitza , Alejandro apareció en la puerta. Desde su punto de vista, solo vio a Antonio besando a Danitza con la cabeza gacha.

—¿Qué estás haciendo? —Alejandro se enojó mucho al ver esta escena. Se apresuró y empujó a Antonio lejos.

Alejandro lanzó un puñetazo hacia Antonio . Antonio reaccionó rápidamente y forcejeó con Alejandro.

Danitza miró al loco Alejandro . Ella gritó varias veces para detenerlos. Pero Alejandro y Antonio parecían estar practicando y no la escucharon.

Danitza estaba tan enojada que tomó un palo de plástico, golpeó a Alejandro y Antonio y detuvo la pelea.

—¿Qué estás haciendo? La puerta está abierta mientras peleas. Hay tanta gente mirando —Fue en ese momento que Danitza descubrió que había mucha gente mirando en la puerta y la luz de magnesio estaba parpadeando.

Corrió hacia la puerta y la cerró. Definitivamente sería noticia.

—¿Qué estás haciendo? —Alejandro todavía estaba haciendo esta pregunta.

—No es asunto tuyo. Alejandro , irrumpiste aquí sin razón y golpeaste a Antonio . ¿Crees que eres razonable? —Danitza miró a los dos hombres sentados en el suelo. Puso una mano en su cintura y sostuvo el palo de plástico en la otra mano, como un maestro enseñando a dos estudiantes que cometieron errores.

Antonio y Alejandro resultaron heridos. Las comisuras de la boca de Antonio estaban rotas y los ojos de Alejandro estaban magullados. Se miraron el uno al otro ya Danitza , y luego bajaron la mirada.

Alejandro también se enteró de que las dos personas en la habitación no hicieron nada. Fue el ángulo de su posición lo que lo confundió.

—Bueno, tengo cosas que hacer. Adiós —Alejandro , que descubrió su error, pretendía irse. Había escuchado de alguien que el Sr. Antonio trajo a una hermosa mujer aquí hoy. Le recordaba a Danitza . Entonces, empujó la puerta para confirmarlo.

—¡Váyanse! ¡Váyanse todos ustedes dos! —Danitza perdió los estribos, lo que hizo temblar a ambos hombres. Pero ella todavía era linda en este momento.

Alejandro se fue apresuradamente. Antonio también se levantó, se tocó las comisuras de los labios y tragó saliva.

—Duele, ¿no? Iré a buscarte un medicamento —dijo Danitza y se fue.

Antonio la empujó hacia atrás, —Aquí hay medicina. Este es un lugar para que la gente practique boxeo. Debe haber medicina para moretones y heridas —Antonio señaló un armario en la habitación.

Danitza encontró la pomada y se la aplicó a Antonio . Entonces, las comisuras de la boca de Antonio se veían menos rojas e hinchadas.

—Ven, vamos a cenar.

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