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Eres mía, Omega romance Capítulo 229

Narra Rose.

Por la mañana, hice mi rutina matutina y bajé las escaleras. Vi que mi mamá ya se había ido a trabajar. Ella es una trabajadora.

Tomé un autobús y me fui a la universidad. Cuando llegué allí, le envié un mensaje a Alice.

Cuando fui a mi casillero a buscar mis libros, vi que Arvan se acercaba.

Estaba muy nerviosa. Pero él ni siquiera me miró. Casi pasó a mi lado cuando lo llamé.

—Arvan.

Él se giró hacia mí, apretó los dientes y gruñó:

—ALFA ARVAN.

Me asusté de inmediato

—L-lo siento, Alfa Arvan.

El pelinegro levantó una ceja y me preguntó:

—¿Te conozco?

—T-tu llamaste a mi mamá ayer y preguntaste por mí —dije nerviosamente.

Él me miraba a los ojos, como si estuviera harto por algo.

—En primer lugar, soy el Alfa líder de esta manada, así que no necesito explicarle nada a nadie.

—Pero era mi infor…

Arvan me interrumpió antes de que terminara.

—¡Cállate! Primero, aprende a hablar correctamente. Y otra cosa, aléjate de mí, no tengo tiempo para extraños como tú —dijo y apretó la mandíbula.

Me quedé tan sorprendida que ni siquiera pude hablar más.

Me miró de arriba a abajo, parecía disgustado con mi apariencia.

Bajé la cabeza cuando se fue.

Mi mamá me dijo que no lo ofendiera. Todo fue culpa mía. No sé por qué fui a hablar con él. Simplemente no lo sé. ¿Me veía mal? ¿Por qué me dijo que me alejara de él? Mi mamá también me lo dijo.

—Rossy, ¿qué estás haciendo? —me preguntó Alice mientras se acercaba.

—Nada, vamos a nuestra clase —respondí.

—Te vi con el Alfa. ¿Qué pasó? —preguntó con curiosidad.

—Nada, Alice. Te lo contaré después de nuestras clases —murmuré.

Me prometí a mí misma:

—Me mantendré alejada de él. Porque tanto él como mi mamá quieren eso.

—¿Y nosotros? ¿No importa lo que queramos? —preguntó mi loba.

—Por favor, deja de hablar de él, pronto encontraremos a nuestra pareja. Beta o Theta. Tal vez Delta, él nos amará. Debemos esperarlo, ¿verdad? —respondí.

—Por supuesto. Ahora vamos a correr, ha pasado mucho tiempo —me dijo.

—De acuerdo, vamos —acepté y fui a correr para liberar a mi loba.

Luego de eso pasaron dos semanas.

Durante dos semanas, me había sentido extraña. Siempre sentía el olor de Alfa Arvan. Mis ojos siempre lo seguían cuando estaba cerca.

Nunca me miraba. Siempre estaba ocupado con su novia.

Sí, novia. Lina ahora era la novia de Arvan y nuestra futura Luna.

Siempre pensé que mi pareja sería mi amante, mi protector y el amor de mi vida.

Pero nunca pensé en enamorarme de alguien más que no pudiera ser mi pareja, ni siquiera en mi imaginación.

«SÍ, ME ENAMORÉ DEL ALFA, ARVAN BLACK».

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