{07: 35 PM}
Por fin he acabado, estoy agotado, no tengo energías ni para moverme, pero ya he acabado de trabajar lo que quiere decir que me puedo ir a casa, guardé mis cosas en mi maletín y salí fuera de mi oficina dándome cuenta de que Liam seguía allí trabajando, no sé cómo hacer para que deje de trabajar, me gustaría darle vacaciones, pero no me gusta no verlo, sin embargo, en este caso me resulta más importante su salud que mi propio gusto, sería egoísta de mi parte si no permito que se marche a descansar.
Me acerqué al escritorio viendo como no notaba mi presencia, parecía estar envuelto en sus propios pensamientos por lo que traté de hacerlo volver en sí tocando su cabello, este me miró y enseguida sus mejillas se tiñeron de rojo, se levantó de su asiento muy nervioso al volver en sus casillas.
–No me hagas llamar a los guardias para que te saquen de aquí.
–Los guardias me adoran, no me echarían, aunque quisieran– dijo tomando sus cosas verificando que todo estuviera en orden– ¿Iras a la cena con el señor Adams?
–No, estoy cansado.
–¿¡Que?!– dijo alarmado deteniendo sus pasos– ¿y me lo dices ahora? –se giró para llamarlo, rodee los ojos tomándolo del brazo para detenerlo.
–Ya lo llamé, no te preocupes–se giró aliviado caminando otra vez al ascensor– ¿Liam no has pensado en tomar vacaciones? –pregunté al entrar en el ascensor.
–No, ¿por qué? ¿Qué ocurre? ¿Por qué quieres que tome vacaciones? ¿Hice algo mal? –me reí al ver su cara de preocupación.
–Trabajas demasiado, necesitas un descanso.
–Ahh...– soltó– No quiero.
Es tan obstinado, mejor ni discuto para hacerlo cambiar de opinión porque terminaré perdiendo la discusión, era una batalla pérdida, observé su rostro a través del espejo viendo como estaba pensando otra vez, la mayoría de las veces que lo observo se da cuenta y se enfada, su expresión me lo dice, pero esta vez únicamente está pensando, quizás en sus padres, no sé qué clase de problemas tienen, pero deben ser serios por lo que escuché ayer.
–Mucho gusto señorita– dije de forma amigable.
–Liam, todavía no consigues una cita ¿no? – ambos chicos la miraron deteniendo su juego.
–No... ¿Por qué no mejor nos vamos? –pedía Liam.
La chica me sonrió tomándome del brazo caminando juntos hasta la salida mientras me comentaba que su pequeña hijita sería bautizada, no entendía por qué me decía una cosa así justamente a mí, hasta que me pidió ser la cita de Liam, lo miré casi al instante viendo como trataba de todas las formas posibles callar a su amiga, su cita ¿eh?, no pude evitar morder mi labio ¿no tenía novio? Bueno, nunca lo dijo, pero pensaba que si tenía uno por aquella llamada de antes, aunque ahora parece ser que no tiene, no puedo evitar sonreír viendo a la chica a los ojos.
–No puedo decidir eso yo, depende de si Liam me quiere como su cita– lo miramos al mismo tiempo, este jugó con sus dedos diciendo un "Por mí no hay problema..." por lo que se finalizó la "discusión".
Seré su cita, mañana me daría toda la información sobre lo que debía hacer y la fecha en la que se realizará aquel bautizo, me moría de ganas de tenerlo como mi cita, creo que amo a aquella muchacha al permitir que sea la cita del chico que me trae vuelto loco por él.
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