Es complicado (Temática Bl) romance Capítulo 32

Al final no sé si saldremos, subimos a mi habitación y nos mantuvimos abrazados al otro por un largo tiempo en donde nos regalábamos leves caricias de aquellas que sólo me podía brindar Jeff.

Por un instante habló sobre mi habitación, se la imaginaba más pequeña y muy desordenada, yo me reí ante la descripción que Jeff me daba imaginando a su vez un castillo –porque describió uno– donde en la torre más alta y apartada se encontraba mi habitación desordenada y demacrada por los años en los que estuve solo.

Según Jeff, el castillo era custodiado por una malvada bruja que me hacía la vida imposible, sin embargo, de pronto, apareció un príncipe que luchó con todas sus fuerzas para acabar con aquella bruja hasta que por fin llegó a mi aposento viéndome recostado en una cama con telas a su alrededor, él se acercó, apartó las telas y con un beso me liberó de un supuesto encantamiento.

Jeff estaba loco, pero me hacía reír y eso me gustaba mucho, tenía una imaginación inmensa con la cual podía escribir un libro de fantasías, le quise hablar sobre esa posibilidad para saber su opinión, pero dijo con palabras traviesas un "No sirvo para escribir un libro, aunque si tú fueras uno, me encantaría pasar mis manos por tus hojas" ¿Cómo no lo voy a querer si me trata como si yo fuera lo más especial y perfecto del mundo? No consigo encontrar desventajas por las que debería dejar de quererlo, me encanta demasiado, tanto que a veces no respiro al pensar en las distintas formas que quisiera demostrarle mis sentimientos de manera más abierta.

–Ya...–hundió su cara en mi almohada mientras yo me reía viéndolo–¡deja de Reírte! –chilló mientras yo le molestaba aún más– Vaya...– levantó su cabeza de la almohada viéndome– ¿me puedo llevar tu almohada?

–No ¿Por qué? –abrazó mi almohada acomodándose en ella.

–Huele a ti...– lo miré viendo como tenía sus ojos cerrados, era como si fuera a dormirse en cualquier momento.

–No te duermas– Acaricié su cabello.

–Estoy demasiado bien aquí...– me apegó a su cuerpo–eres como un osito.

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