{...Narra Liam...}
Su cuerpo se estremece cada vez que lo toco, se está comportando como suelo hacerlo yo cuando estoy en mi punto máximo, sé lo que quiere, lo veo en sus ojos de forma clara, pero aún quiero seguir jugando con su cuerpo para descubrir puntos de placer que sólo él ha descubierto en el mío.
No pensaba usar este truco en él tras ser más bien algo para yo estar estimulado, pero debido a su estado quiero probarlo para ver qué tan excitado puedo dejarlo, por supuesto que la idea de penetrarlo no me gusta del todo, me gusta esto de dominar, pero me gusta más la sensación que su pene crea al entrar en mí.
Me levanté de la cama acercándome una vez más a mi maleta, lo que buscaba era un objeto pequeño de una altura de cinco centímetros, era un vibrador bastante pequeño que, al encontrarlo y regresar a la cama, fui pasando por sus huevos, William arqueó su espalda al sentirlo vibrar en su pene, además para hacerlo perder la cabeza volví a pasar mi lengua por la punta de su miembro.
Sentía con mi boca la forma en la que se estremecía, pasé el vibrador cerca del tronco de su erección, para luego al sacar su pene de mi boca ver como sus ojos me miraban de una manera diferente, si lo desataba ahora me rompería en miles de posiciones, lo podía notar al verme con lujuria y deseo, sus celestes ojos tenían otro brillo en ellos, por esa misma razón pasé el pequeño vibrador por la punta subiéndole al nivel máximo.
William intentó traer otra vez sus manos a mi cuerpo, pero como antes, no pudo hacerlo por ya quinta o sexta vez.
Se estaba conteniendo, podía ver de forma clara como estaba a punto de correrse, la punta de su pene liberaba pequeñas gotas que se deslizaban por su tronco, le estaba gustando a pesar de removerse en la cama inquieto, acerqué mi pene al suyo juntándolos otra vez, tomé con una mano a ambos poniendo el vibrador entremedio de los dos sintiendo enseguida lo que estaba pasando por mi culpa.
–¡Nnnh...! – gemí casi sin fuerzas, mi semen se estaba saliendo de mí de forma casi incontrolable.
–M-Mierda...–apretó sus puños– hanh...– estiró las esposas otra vez tras su cuerpo contraerse ante el placer–¡mmmh!
Se corrió...
Me corrí...
Nos corrimos compartiendo los fluidos que habían salido de nuestro cuerpo, mi respiración se aceleraba casi tanto como lo estaba la suya, el placer había sido tan grande que quería hacerlo otra vez, pero esta vez quiero que esté dentro de mí, no utilicé lubricante para hacerme más fácil el proceso en el que se desliza en mí, con el semen que ambos cuerpos dejaron salir fue más que suficiente.
Me acomodé pasando mis piernas aún lado de sus caderas, William estaba lo suficientemente duro como para que su pene se levantara por su cuenta, lo dirigí a mi húmeda y caliente entrada escuchando como liberaba sus suspiros de placer pidiéndome que lo metiera más rápido, sé que le gustaba, a mí también me gustaba a pesar de que aún me dolía un poco, aunque no hacía falta ejercer presión tras mi interior adaptarse a su pene y deslizarlo por su cuenta, luego puse mis manos en su pecho acomodándome.
–Ah... m-muévete... L-Liam...mmmgh...–me pidió, por ello le obedecí creando movimientos lentos.
Su pene salía mojado de mi interior para meterse de formas rápidas, mis caderas fueron buscando más acción por su cuenta incrementando la velocidad y consiguiendo incrementar nuestras respiraciones, nuestros gemidos se volvían más fuertes acompañados de aquellos jadeos incontrolables, se sentía demasiado bien, su cuerpo se adaptaba a mis movimientos, el mío se adaptaba a sus pedidos, éramos el dúo perfecto en aquel momento, busqué el vibrador otra vez para en esta ocasión pasarlo por mi miembro logrando excitarme aún más, mis movimientos gracias a ello se aumentaron y sus jadeos incrementaron pidiendo que me fuera moviendo más y más rápido...
–Ah... mmmmgh...– moví mis caderas hacia delante y hacia atrás viendo como cerraba sus ojos con cierta fuerza antes de abrirlos e intentar liberarse de las esposas– L-Liam... p-por favor...
–nnnh... ¡nnngh...! N-Ni lo sueñes...– dije entre suspiros y jadeos.
–E-Estas... ah...– gimió– sólo quiero tocarte...
–N-no es...– suspiró– momento para gemir mi nombre...– me acerqué a sus labios.
–William...–seguí diciendo– ¡William!
Sus embestidas se hacían más fuertes y eso me encantaba, estaba llegando a mi límite gracias a él, estaba a punto de correrme en mis manos, pero antes que lo hiciera repetí una y otra vez su nombre consiguiendo que nos corriéramos al mismo tiempo con un largo y placentero gemido acompañándonos...
Estaba exhausto, William se dejó caer a mi lado con la respiración acelerada y entrecortada, no sé cuánto tiempo nos quedamos observando el techo con nuestros corazones acelerados, sólo sé que era tarde y cuando nos metimos bajo las sábanas para abrazarnos con nuestros cuerpos mojados y desnudos el móvil volvió a sonar, William lo tomó para seguido apagarlo pasando su nariz por mi cuello de forma placentera, moví mi cabeza hacia atrás para alcanzar sus labios dándonos un beso más tierno comparado al resto...
–Eso estuvo increíble...– susurró sobre mis labios metiéndose entre mis piernas otra vez– eres delicioso...– rozó su pene por mi entrada mientras mi cuerpo se tornaba caliente.
–nngh... –envolví con mis piernas sus caderas apegándolo más a mí.
–¿Lo quieres dentro otra vez? – moví mis caderas en contestación– eres un pervertido bebé...– me besó con intensidad a medida que introducía su pene en mí para repetir otra vez el placer que habíamos tenido– ahora es mi turno, no te dejaré dormir esta noche y mañana no podrás levantarte de la cama.
–Acepto las consecuencias...–dije excitado, buscando que no me dejara de satisfacer en toda la noche.
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