{...Narra William...}
París, adoro esta ciudad al ser un sitio en donde puedo cumplir muchos deseos que mi mente y corazón quieren, sentía tristeza de no poder estar aquí con Liam, pero creo que me he portado muy bien y los planetas se han alineado para dejarme verlo.
No llevaba mucho tiempo en la ciudad, sólo tenía un par de minutos en ella y como la última vez me demostraba que cumplía toda clase de deseos, ya que lo vi a lo lejos tambalear por las calles un poco pasado de copas con la compañía de sus amigos.
Él se detuvo cerca de una tienda de dulces eventualmente cerrada a esas altas horas de la madrugada en donde se dio cuenta de mi mirada, yo iba en auto, arrendé un auto para moverme por las calles más rápido y él iba a pie con las mejillas sonrojadas por el frío, aunque sus amigos no se quedaban atrás tampoco, iban igual o peor que Liam.
Ellos también me vieron, por esa razón miraron a Liam, hubo un instante en el que sólo compartimos miradas y al cabo de dos minutos su amigo Jeff lo empujó hacia mí, Liam tropezó con sus pies y cayó en la nieve cerca de mi auto, yo me había bajado al verle por lo que lo tenía de rodillas frente a mí un poco borracho, por esa razón soltó algo indebido sin vergüenza alguna, aunque para sus amigos les resultó algo cómico ¿Qué me dijo? "Te la chupo si nos llevas".
Sabía que bromeaba en el fondo, pero aun así me sorprendía por sus palabras tan descaradas, le dije que los llevaría, aunque sin pedir nada a cambio, Liam se levantó del suelo y les habló a sus amigos.
Se subieron en mi coche y debo decir que todos estaban pasados de copas, el más normal era Erik, pero aun así parecía haber bebido más de cuatro copas, me costó mucho llevarlo al lugar en donde se estaban quedando, Liam no me aportaba mucha información, pero lo logré, los dejé a todos en el lugar y de paso vi en donde vivía ahora.
Todos se bajaron menos Liam, este me miró cuando sus amigos ya no estuvieron cerca de nuestra vista, ¿Qué hizo? Me besó, un beso con sabor a alcohol, pero que conseguía agitar mi entrepierna, sobre todo porque pasó su mano entre mis piernas saboreando cada lugar de mi boca, me estaba quedando atrás, era un beso dominante que me había pillado con la guardia baja.
–Yo también te amo...– respondió con leves jadeos antes de bajarse de mi coche y subir a su piso, era el último piso, lo pude saber gracias a las luces que se encendieron a esa hora de la madrugada, me toqué los labios con una sonrisa puesta en ellos antes de irme, a una hora más decente volvería y podríamos hablar más cómodamente sobre nosotros, quizás aún tenga una oportunidad con él.
Cuando pagué el lugar en donde me quedaría me dormí casi al instante, no había dormido en el vuelo al mantenerme trabajando todo el tiempo, por ello la cama era lo único que podía hacerme feliz.
Por la mañana todo fue diferente, estaba ya más relajado luego de darme un baño de media hora o más, mi cabeza estaba en otro lado pensando en lo que debía hacer ahora, tenía pensado salir de compras para darle un o unos regalos a Liam, tenía en mente muchos regalos que de seguro le gustarían, pero decidí irme a lo más sencillo y poco extravagante, sé que si le regalo un auto o una casa en París me rechazará absolutamente todo, por esa razón compré un enorme ramo de rosas y planee una cita, había muchas tiendas cerradas por culpa de que era navidad, pero no quiero sólo visitar París con él, sino que toda Francia si era posible.
Quiero recuperar a mi único amor en toda mi vida, quiero volver a decir "Mi novio" y poder decirle sin miedo lo mucho que lo quiero, no sé qué tan difícil será volver a estar como antes, pero quiero intentarlo por ahora, no sé si las rosas son suficiente a pesar de que son alrededor de doscientas, sin embargo, siento que podría darle mucho más de lo que tengo ahora en mis manos.
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