Esclava del multimillonario romance Capítulo 8

Capítulo 8

Lisa caminó hacia su armario en busca de la ropa más decente. Los que había visto hasta ahora eran tan indecentes y si se los pusiera, apenas le cubrirían el pecho y el muslo. Ella suspiró cuando finalmente encontró uno, un par de pantalones de mezclilla azul y un simple top corto rojo.

Miró la ropa que tenía en las manos y se la puso vacilante. Se paró frente al espejo y se miró. Los pantalones que vestía resaltaban todas sus curvas y esto la hacía sentir incómoda. No hay otra ropa decente aparte de la que se está poniendo en este momento.

Se mordió los labios cuando sus ojos entraron en contacto con el reloj de pared, Alfred le había dicho que bajara a buscarlo en cinco minutos y ahora llega cinco minutos tarde. ¡¡Ay dios mío!! ¡Estoy muerto! Pensó mientras se calzaba las pantuflas y salía corriendo de la habitación, escaleras abajo.

"¡Maestro!" Llamó a Alfred inmediatamente que bajó las escaleras y Alfred que estaba sentado, vestido con un traje negro, con un costoso reloj de pulsera dorado que valía millones de dólares en su muñeca.

Estaba tan guapo como siempre. Se puso de pie, sus ojos llenos de tanta ira mientras la miraba con disgusto. ¿Por qué ella obtiene tanto placer en desobedecer sus órdenes, es que le encanta que la castiguen? Alfred pensó mientras miraba a Lisa con odio en sus ojos, luego finalmente habló.

Dije 3 minutos, Lisa", dijo con la voz más mortífera que jamás haya existido y un escalofrío le recorrió la espalda.

"Soy el amo arrepentido", dijo mientras lo miraba a los ojos, ambos mirándose con odio en sus ojos.

Lisa rápidamente cerró los ojos e inclinó la cabeza, conocía las repercusiones de mirarlo directamente a los ojos.

Esperando a que la golpeara o más bien la castigara pero no lo hizo, lo único que hizo fue mirarla con los ojos llenos de odio, sintió ganas de estrangularla en ese momento, la quería muerta en ese momento porque le daba tanto asco y le recuerda todo lo que su padre le hizo a él ya su familia, pero no, ahora no, necesitaba hacerla pagar por todo lo que su padre le hizo.

Quiere hacerla sufrir hasta que ruegue por la muerte.

Pasaron los minutos sin que Alfred dijera nada, Lisa estaba tan curiosa. Preguntándose por qué no la golpeaba, abrió los ojos y levantó la cabeza. Sus ojos se encontraron con las miradas más mortíferas y el par de ojos más hermosos del mundo.

Casi perdida en sus ojos, inclinó la cabeza y tragó saliva esperando que él la golpeara como siempre lo hace. Volvió a cerrar los ojos, esta vez más apretada mentalmente preparada para el dolor que iba a recibir.

Alfred miró su reloj de pulsera y notó que llegaba tarde a la oficina por culpa de esta esclava suya y que iba a castigarla, no ahora, sino cuando regresara. Tenía asuntos importantes que manejar en la oficina.

Desde el día que salió de la junta no ha ido a la empresa.

Estaba planeando llevar a Lisa a su empresa hoy, pero luego lo pensó dos veces, no la llevaría con él y la razón era más conocida para él.

"Fuera", dijo con la voz más letal que jamás haya existido y la empujó al suelo y luego pasó junto a ella.

Lisa gimió de dolor al caer al suelo. El dolor la atravesó, las lágrimas ardían en sus ojos, pero no, no iba a llorar, es más fuerte que esto, pensó mientras parpadeaba para contener las lágrimas.

Se levantó del suelo y sin perder unos segundos Lisa salió de la sala y se dirigió a su habitación.

Inmediatamente llegó a su habitación suspiró suavemente y se sentó en la cama diferentes pensamientos inundaron su mente. Días atrás era la princesa de mami, recordaba como nadie se atrevía a hablarle groseramente oa tratarla mal pero hoy es una esclava inclinada a los pies de alguien, no de cualquiera sino de su amo. Oh, la vida es tan injusta, pensó mientras las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos en ese momento.

En ese momento, la puerta se abrió de golpe y reveló a Ria. ¿Puede este día ser mejor? Pensó Lisa.

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