Ese príncipe es una chica: la esclava cautiva del rey vicioso romance Capítulo 53

GRAN SEÑOR VLADYA

El Gran Señor Vladya avanzaba hacia los jardines de Blackstone acompañado por Yaz, quien proporcionaba un detallado informe de las condiciones agrícolas en Brookwood, un pueblo considerable en Urai conocido por sus tierras fértiles.

A pesar de los esfuerzos de sus mejores agricultores, la producción de cultivos de esta temporada era significativamente menor en comparación con la anterior.

Mientras caminaban, Vladya observaba a los esclavos trabajando y a los soldados entrenando en el lado opuesto del campo.

-Mi querido señor, Vladya?- una voz familiar llamó.

Vladya se volvió para ver a la Señora Sinai acercándose. Tomó su mano extendida y le dio un respetuoso beso. -¿A qué debo el placer de tu visita hoy?

-Pido disculpas por interrumpirte, pero hay asuntos que deseo discutir-, dijo ella.

Vladya intercambió una mirada significativa con Yaz, indicando al soldado principal que se retirara. A solas con Sinai, dirigió su atención hacia ella. -¿Qué sucede?

-Deseo castigar severamente a uno de tus esclavos. Pensé que era apropiado informarte, considerando que fue adquirido especialmente. Después de todo, emprendiste el viaje tú mismo para comprarlo.

Vladya frunció el ceño. -¿A quién exactamente nos referimos?

-Al joven príncipe.

El Gran Señor Vladya inclinó la cabeza en pensamiento. -¿Qué ha hecho?

-Simplemente no me agrada. Me saca de quicio.

-No recuerdo que hayas pasado mucho tiempo con el chico como para que te afecte de esa manera. ¿O me equivoco?- cuestionó el Señor Vladya.

-Tienes razón-, admitió ella. Sus ojos se oscurecieron de ira. -Sin embargo, es un esclavo, un esclavo humano. No necesito una razón para odiarlo lo suficiente como para querer matarlo.

-Es cierto. Pero, como mencionaste, son esclavos adquiridos especialmente: el príncipe y la princesa. Necesitarías una justificación más sustancial cuando se trata de matarlos. El Gran Señor Ottai y yo no abandonamos nuestros deberes en Urai y viajamos al mundo humano durante cuatro días, solo para que mueran sin motivo.

Sinai cayó en silencio, respirando pesadamente. Sus ojos se estrecharon, la nariz se ensanchó de ira.

El Gran Señor Vladya la escrutó de cerca. -¿De qué se trata realmente esto? Me resulta difícil creer que simplemente te despertaste esta mañana con un deseo no provocado de matar a un esclavo.

-He escuchado que ha estado alimentando a Daemon-, finalmente habló ella.

Cuando Vladya no reaccionó a la noticia, sus ojos se levantaron para encontrarse con los suyos. -¿Estabas al tanto?

-Lo estoy.

-¿Y no ves nada malo en eso? ¡Es un esclavo! ¡No tiene derecho a acercarse al gran rey!

-Creo que estás exagerando, Sinai. El chico simplemente alimentó a la bestia; no hizo nada malo. Además, Daemonikai no necesita que luches sus batallas. Si detestara al chico, ya no estaría vivo.

Sinai dio un paso atrás, luciendo traicionada. -¿Cómo puedes decir eso? Daemon no puede tomar esa decisión en su estado mental actual. ¡Y el chico es humano! ¡No tiene ningún derecho! ¡Cómo se atreve!

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