Al mencionar a Simón, Jorge se puso furioso y dijo con voz indignada, -¡Maldito sea! Simón ha pasado demasiado contigo, incluso te ha hecho tanto daño. Mi niña, no te preocupes, te defenderé de todas manera. Si de verdad ha sido él quien te ha hecho tanto daño, ¡debe asumir la responsabilidad!
Al escuchar las palabras de Jorge, Zoe levantó su mano para secar las lágrimas en la comisura de los ojos, y suplicó, -Abuelo, ¿me permite quedar aquí por unos días más? Tengo miedo de que mi hermano y mi abuelo se enteren ...-Dejó un suspense de manera ingeniosa.
Jorge se apresuró a responder, -Tranquila, no te preocupes por nada. Mi nieto es el culpable, entonces asumiré la responsabilidad. Sea como sea, nunca te dejaré sola enfrentar a todo eso. Además, eres la futura esposa de mi nieto, así que me ocuparé de comunicarme con tu abuelo y tu hermano.
-Muchas gracias, abuelo.-dijo Zoe y mostró una expresión de una inocente, pero sus ojos no podían ocultar su naturaleza de una raposa.
“El abuelo seguramente aún no sabe que yo haya drogado a Simón. Aunque lo sepa, no lo admitirá de ninguna manera, ya que esa taza de té se la dio la criada de su propia casa, con quien he confabulado y la he sobornado con una enorme suma de dinero para que no diga nada hasta la muerte. En cuanto a Simón, ya que todo esto ya ha sucedido, no pondrá eso a la mesa. Por lo tanto, solo necesito esperar que la familia Freixa asume la responsibilidad” pensaba ella.
Fue justo en ese momento cuando llamaron a la puerta.
-¿Quién es?- Jorge estaba de mal humor, por lo que su tono resultó poco amable por la impaciencia. Dylan se paró en la puerta y respondió con mucho respeto a Jorge, -Señor, el señorito Simón ha vuelto.
Al oír esto, los ojos de Zoe se iluminaron de alegría. Por fin, regresó él. Pero muy pronto Zoe cambió de expresión por seriedad ya que se había acordado de lo que pasó anoche, cuando le dio a Simón una dosis potente, a fin de que pudiera aprovechar la única oportunidad de tener relación con Simón.
Sin embargo, no había esperado que Simón la empujara con tanta fuerza que ella se golpeó la cabeza hasta poder ver las estrellas. Cuando ella recuperó la conscencia y quería buscarlo, él había desaparecido.
Simón había desaparecido toda la noche, y regresó hasta este momento.
“¿Quién sería la beneficiada que ha pasado una noche preciosa con mi Simón?” Pensaba así Zoe mientras apretaba el puño con enojo. De verdad nunca había imaginado que había hecho un gran favor a las demás. Pero eso ya no importaba tanto.
Cuando Jorge escuchó que Simón había regresado, se levantó de golpe y exclamó con enojo: -¡Todavía tiene el valor de regresar! Iré ahora a ver qué quiere.
-Abuelo,- le llamóZoeen voz muy tierna, suplicándole que perdonara a Simón, -No castigue a Simón, es que eso no se le puede achacar por completo.
-Si no lo culpamos a él, ¿a quién? Quédate aquí y descansa bien, me encargo de enseñarle a comportar bien.- Jorge replicó con enfado y salió de la habitación una vez terminadas estas palabras, y el médico también le dijo a Zoe que descansara bien, y le siguió hacia fuera.
Y Dylan, el mayordomo quien siguió detrás de Jorge hacia las escaleras, mientras caminaba, oyó la orden del Señor Freixa, -Dylan, tráeme el bastón de la familia.
Dylanse dudó y dijo, -Señor, el señorito Simón ya es un hombre hecho, no es apropiado castigarlo con el bastón, ¿no?
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