Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 10

— Mia, ¿Qué tienes? ¿Te sientes mal? — Cuestionó Jacob sentándose en la cama y encendiendo la luz de la lámpara a su lado para luego mirarla con el ceño fruncido.

Había estado intentando ignorarla, porque desde la cena notó que algo le estaba pasando, estaba actuando extraña, pero pensando en que no le debería dar más atención lo ignoró, solo que después que estaban en la cama y sentirla removerse sin parar, moviéndose de un lado a otro, sin dormir ni dejarlo dormir, se vio en la necesidad de preguntar, se sentía preocupado de que pudiera estar enferma, porque esto no era algo que ella hiciera.

Al escuchar sus palabras la respiración de Mia se cortó y su cuerpo se tensó por completo.

— Lamento mucho si te desperté, no estoy enferma ni nada, simplemente no puedo dormir, lo siento, iré a otra habitación. — Se disculpó ella intentando levantarse de la cama antes de ser sostenida por una mano fuerte que se lo impedía.

Cuando ella volteó a mirarlo confundida, buscando explicaciones, en lugar de soltarla, Jacob la atrajo más hacía su cuerpo para que ella quedará muy cerca de él y luego alzó su mano para tocar su frente, para evaluar si de verdad no estaba enferma.

— No tienes que irte, si solo es que no puedes dormir puedo pedir que te preparen un té. — Ofreció Jacob y de inmediato Mia negó con la cabeza.

— No es necesario, debería quedarme dormida más tarde, no tengo problemas con hacerlo en otra habitación para no seguir perturbando tu sueño. — Musitó ella, no quería molestar a ninguno de los empleados de Jacob y mucho menos a él, todo por su mente llena de pensamientos complicados y la culpa por estarle ocultando el pedido de su papá.

— No, mejor quédate. — Dijo Jacob mirándola a los ojos y sin poderlo evitar levantó su mano para meter el mechón de cabello de ella que tapaba parte de su rostro detrás de la oreja.

Después de ver este pequeño movimiento y sentir esos hermosos ojos sobre ella, Mia se quedó muy quieta, con su pulso acelerándose.

Jacob la miró por unos segundos, deseoso de volver a probar sus hermosos labios, estos no habían salido de su cabeza desde la primera vez que la besó y por más que quería evitar esto, no pudo, así que se acercó para encontrarse con la boca de ella, esta vez besándola con más ternura, porque este beso no era para castigarla, si no para probar de nuevo sus labios, para deleitarse.

La respiración de Mia volvió a cortarse al sentir sus labios, pero está vez no se retiró, dejo que él la besara y con un poco de torpeza intentó seguir su beso, porque ella no sabía cómo hacerlo, pero quería besarlo, le encantaban sus labios, como la hacía sentir y pensaba que podía olvidarse de todo lo que la agobiaba al menos por unos minutos, mientras la deliciosa boca de Jacob estaba sobre la de ella.

— Tienes que respirar por la nariz cuando te beso, no dejes de hacerlo. — Dijo él mirándola con ternura al separarse del beso, porque se había dado cuenta de que ella no lo estaba haciendo.

Sabía que quizás por lo inexperta que era, ese día él había sido su primer beso y este pensamiento le agradó mucho, por lo que decidió explicarle cómo hacerlo con paciencia y cuando vio a Mia asentir, volvió a tomar posesión de sus labios.

La beso con suavidad, pero luego su beso se volvió más apasionado, más necesitado, mientras las respiraciones de los dos se volvieron más erráticas y Jacob comenzó a deslizar las manos por el cuerpo de Mia, acariciándola con dulzura y cuando estaba por deshacerse de su pijama se detuvo, a pesar de todo el deseo que sentía, lo hizo al recordar que ella no podía quedarse a su lado, que no podía quitarle su pureza para poco después divorciarse, no podía ser tan cruel y ella no lo merecía.

Así que a pesar de la dureza entre sus piernas, que incluso ya comenzaba a doler, porque quería enterrarse en ella, probarla completamente, se separó un poco.

Una dulce esposa para el Mafioso. Capítulo 10. No podía ser tan cruel. 1

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