Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 20

En la mañana siguiente Aria se levantó aturdida y frunció el ceño al darse cuenta de que se había quedado dormida en la habitación de Luna, pero ella no estaba por ninguna parte y se preocupó al pensar que por quedarse dormida no la cuidó bien, así que se levantó de prisa para buscarla.

Cuando llegó a la sala vio a Luna junto a Lucien en el sofá, ella se veía perfectamente y él estaba sin la máscara y volteó a mirarla. Cuando las miradas de los dos se encontraron Aria tuvo un breve recuerdo de lo que ella le había dicho ayer y en la posición que estaban, por lo que sus mejillas se ruborizaron.

“Dios mío, espero que eso haya sido un sueño, yo no pude decirle algo así.” Pensó con sus nervios atacándola.

— Buenos días, ¿Cómo está Luna? ¿No le ha dado más fiebre? Lamento mucho haberme quedado dormida en su habitación mientras la cuidaba.

— Hola Aria. — Saludó Luna con una sonrisa.

— Ella está bien, ¿Y tú cómo estás? ¿Te sientes bien? ¿Tienes dolor de cabeza o algo? — Preguntó Lucien sin quitarle los ojos de encima, observando un lindo rubor en sus mejillas, este se veía diferente al de ayer que era por estar enferma.

— Hola pequeña. — Saludó a Luna con una pequeña sonrisa, antes de dirigir su mirada de vuelta. Lucien. — Bueno, yo estoy bien ¿Por qué lo pregunta? — Cuestionó Aria confundida, ya que él nunca antes le había preguntado cómo se sentía y mucho menos si le dolía la cabeza o algo parecido.

— Ayer también tuviste mucha fiebre, que bueno que te encuentres mejor. — Respondió Lucien desviando la mirada decepcionado de que ella no recordara nada de anoche, ni su beso, ni que pasó toda la noche cuidando de ella.

Y se preguntó, ¿Por qué si no recordaba nada y tampoco tenía fiebre tenía tan lindo rubor en sus mejillas? ¿O ella le estaba mintiendo y no quería admitir lo que sucedió?

Aria al escuchar su respuesta se quedó de piedra ya que se dio cuenta de lo que llegó a su mente hace un momento quizás no era un sueño si no un recuerdo y ahora no sabía qué hacer ni cómo preguntarle sobre esto a Lucien.

— No me di cuenta de eso. — Susurró Aria y Lucien volteó a verla de nuevo.

— Deberías ir a la cocina, ya Priscilla tiene una sopa lista para ti, solo debe calentarla. — Espetó Lucien.

— Está bien, gracias. — Dijo ella antes de irse rápidamente hacía la cocina, ansiosa por alejarse de ahí y poner en orden sus pensamientos para entender si de verdad sucedió eso o era parte de un sueño.

— Que bueno que ya despertó, es bastante tarde, ¿Cómo se siente? — Preguntó Priscila al verla entrar a la cocina.

— Estoy bien, gracias por preguntar.

— Que bueno, siéntese le voy a calentar un poco de sopa.

— No hace falta, puedo hacerlo yo misma.

— Solo siéntese, ayer estuvo tan mal que el señor tuvo que llamar a un doctor para usted, al parecer solo era un virus que le dio a usted y a Luna. — Dijo Priscilla y Aria no le quedo más que obedecer.

Ella estaba un poco sorprendida porque Lucien de verdad se tomara tantas molestias por ella, él sería la primera persona aparte de su abuela quien hizo algo así por ella, porque en el pasado cuando se enfermaba un poco nadie le prestaba atención y debía cuidarse así misma. Si se enfermaba estando con su abuela ella la cuidaba mucho, pero esto solo pasó una vez, ya que antes su abuela no vivía con ellos.

Aria no había podido dejar de pensar en ese recuerdo y en el transcurso del día había ido recordando algunas pequeñas cosas más y con eso su vergüenza crecía, no sabía cómo disculparse con Lucien y por su mente pasó la posibilidad de pretender que nada había ocurrido, pero después lo desechó, pensando en que debía disculparse y agradecerle por cuidarla.

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