— La señorita Davis efectivamente tiene amnesia, piensa que estamos en el año dos mil diecisiete, y bueno por ahora le haremos más estudios y también le pediré a un psicólogo que venga a verla. — Informó el doctor al salir de la habitación después de revisar a Maya y Victor asintió, aún demasiado tenso.
No tenía idea de cómo manejar esto, se sentía un poco aliviado de que al menos ella aún sin sus recuerdos de todo lo que habían vivido, seguía enamorada de él, pero le preocupaba que ella no recordara a sus hijos, eso sin duda podría causarles mucho dolor a Jake y a Marcus.
— ¿Doctor cuánto puede tardar ella en recuperar la memoria? — Cuestionó Elizabeth al ver que su hijo no decía nada, solo se había quedado pensativo.
— Esto en realidad no se lo puedo decir, no hay un tiempo exacto y cada paciente es diferente, hay personas que tardan días, semanas o años y hay otras que nunca la recuperan. — Respondió el doctor y Victor sintió que una gran espina de clavaba en su corazón. — Por cierto ella insiste en verlo señor, así que por favor no la sobreestímale demasiado, no le diga nada que pueda confundirla más o algo que signifique un gran shock para ella, aún hay que explicarle que en realidad han pasado seis años, pero es mejor si espera al psicólogo para que él esté presente al revelar esto.
Después de escuchar sus palabras, Victor entró a la habitación para ver a Maya, no quería hacerla esperar más y él no quería seguir ni un minuto más lejos de ella cuando estaba en este estado tan vulnerable, pero en este momento su mente era un caos, porque no sabía cómo ocultarle a ella algo tan importante como lo eran sus hijos, ellos iban a pedir verla, la iban a querer tener cerca porque se preocupaban mucho por ella y aunque tal vez porque eran inteligentes podrían entender lo que pasaba con su madre y que por eso tenían que permanecer alejados, eso sin duda rompería sus corazones y no quería que eso ocurriese.
Por otro lado también estaba la muerte de su padre y que su madre no estaba del todo bien y hace seis años ella tenía una buena relación con ellos, no tenía idea de como ocultarle esto tampoco y no quería tener que mentirle.
— Hola de nuevo, gracias por no irte, ¿ya llamaste a Jacob? — Preguntó Maya con una pequeña sonrisa aturdida, al verlo acercarse a su cama. En este momento a pesar de que su cuerpo dolía demasiado y estaba realmente confundida con respecto a todo, se sentía en el cielo, porque tenía al hombre de sus sueños cerca y al pendiente de ella.
— No, no lo llamaré, yo me quedaré a cuidar de ti, así que cualquier cosa que necesites puedes decírmelo. — Respondió Victor mirándola con ternura y Maya abrió los ojos de par en par.
— ¿Hablas en serio? ¿No estás muy ocupado? — Cuestionó ella sin poderlo creer, las veces que ella había intentado acercarse a él e invitarlo a hacer algo siempre le decía que tenía demasiado trabajo y ahora se quedaría a cuidarla, esto no tenía sentido para ella.
— Si, no importa eso, igual quiero quedarme aquí contigo. — Aseguró Victor, estando ella tan lastimada, él no pensaba alejarse y al escuchar sus palabras Maya frunció el ceño por un momento.
— ¿Fuiste tú quien me atropello? — Interrogó sin dejar de fruncir el ceño, el doctor le dijo que había tenido un accidente y que Victor estuviera aquí tan pendiente la había hecho sacar la conclusión de que él pudiera estar involucrado en ese accidente y por eso se estaba comportando así.
Victor la miró totalmente sorprendido y negó con la cabeza de inmediato.
— No fui yo quien te hizo esto, si lo hubiese hecho te aseguro que no podría ni verte a los ojos por la vergüenza y la culpa. — Explicó Victor, ya se sentía culpable por no haberla protegido, si él hubiese sido quien la atropello se odiaría demasiado a sí mismo demasiado.
— Entonces, ¿Estás aquí por qué tienes sentimientos por mí? — Preguntó Maya mirándolo esperanzada, con sus ojitos brillando.
Victor la miró sin poder creer lo inocente y coqueta que era hace seis años, eso era lo que lo había hecho enamorarse hasta los huesos de ella y ahora seis años después viéndola actuar así, se sentía mucho más enamorado, amaba a esta mujer con todo su corazón, era una lastima que no pudiera decírselo ahora, porque ella se sorprendería demasiado.
— No puedes alterarte ¿Ok? Porque no será bueno para ti, pero la verdad es que estoy aquí porque si tengo algunos sentimientos por ti. — Admitió Victor y la sonrisa de Maya se ensanchó, como si hubiese recibido la mejor noticia de la vida.
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