Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 35

— Lamento llegar tan tarde. — Se disculpó Aria de inmediato al ver a Lucien y él la miró por unos segundos dándose cuenta de que ella tenía unas marcas de dedos en su brazo y se acercó rápidamente.

— ¿Qué te sucedió? ¿Quién te lastimó? — Preguntó preocupado y tenso, tomando el brazo de ella con delicadeza para observar de cerca los moretones que empezaban a formarse.

Aria siguió su mirada sorprendida y notó las marcas de las que ella no se había dado cuenta hasta este momento y vio la preocupación de Lucien y sintió como su corazón se aceleraba, la hacía sentir realmente bien que él ni siquiera le diera importancia a su retraso y que solo quisiera asegurarse de su bienestar, nunca nadie se había preocupado tanto por ella como lo hacía él y eso llenaba su corazón de amor.

El problema era que si le decía la verdad de lo sucedido era probable que él no volviera a dejarla salir sola y no era lo que ella quería, pero al verlo a los ojos se sentía incapaz de mentirle, además que Noah no solo quería hacerle daño a ella, por las cosas que le dijo era claro que lo quería lastimar a él también, era mejor que él estuviera prevenido, ella no podría soportar que le pase algo malo.

— Noah, me lo encontré y me tomó del brazo con fuerza, dijo que quería hacerte pagar lo que le hiciste, él no parece estar bien. — Respondió ella omitiendo algunos detalles para no preocupar a Lucien más de lo necesario.

— Ese bastardo, ¿Te hizo algo más? — Cuestionó Lucien apretando los dientes molesto consigo mismo por no estar ahí para protegerla.

Lo volvía loco el solo pensar en que a ella le pudo suceder algo grave en manos de Noah.

— No, me arrastró a un callejón, pero antes de que pudiera hacerme cualquier cosa una amiga de hace tiempo y su hermano me ayudaron, no pudo hacerme nada, pero él escapó y te culpa por todo lo que le está sucediendo, tienes que tener cuidado. — Dijo Aria y Lucien le dio un beso a los pequeños moretones en su brazo.

— Aria ya no puedes ir a la universidad sola, al menos tienes que dejar que el chófer te lleve, es por tu protección, de verdad que no quiero que nada te pase. — Espetó Lucien luego de terminar de besar su brazo, mirándola a los ojos.

Sabía que a ella no le agradaba que alguien la siguiera a todas partes o que la llevarán porque estaba acostumbrada a hacer todo por si misma, pero en este punto no podía ceder de nuevo, porque se preocupaba demasiado por ella y hasta que no pudiera encontrar a Noah para encerrarlo por intentar lastimarla, ella tendría que al menos tener al chófer con ella, además esto también serviría para mantenerla a salvó de sus otros enemigos.

— Esta bien. — Aceptó ella y él la atrajo hacia su cuerpo para sentarla en su regazo.

— ¿Las personas que te ayudaron son las mismas que te trajeron? ¿Los conoces bien? — Preguntó él, desde que el auto se acercó a la mansión sus guardaespaldas le habían avisado de esto y quería saber si las personas eran de confianza.

— Ella estudió conmigo en la secundaria y es una muy buena persona, su hermano creo que también lo es. — Respondió Aria y Lucien asintió antes de acariciarle la mejilla.

— Esta bien, tienes que tener cuidado con quién te relacionas y mucho cuidado si Noah se vuelve a acercar a ti, la próxima vez necesito que me llames rápidamente, ¿Ok? de verdad que no quiero que te pase nada, prométeme que me llamaras si algo similar vuelve a suceder.

— Te lo prometo. — Accedió ella y él la beso, necesitaba sentir sus dulces labios para calmarse un poco, porque ahora se daba cuenta de que le daba mucho miedo de que a ella pudiera pasarle algo.

Ya no solo Luna era su mayor preocupación, si no que Aria también lo era, quería mantenerlas a salvó a las dos.

— Aria necesito que consigas más dinero para nosotros, aunque tu esposo nos dio el dinero del tratamiento esto no es suficiente, estamos cuidando de ella y esto requiere más gastos, así que habla con él para que nos de dinero o simplemente dejaremos de estar pendiente de tu abuela. — Exigió Melissa molesta.

— Esta bien, intentaré enviar un poco de dinero para la abuela mañana, hablamos luego. — Suspiró Aria antes de colgar la llamada, su madre a pesar de que lo que Lucien les había dicho no dejaba de molestarla, siempre terminaba llamándola para pedirle más dinero y a ella le preocupaba que si no les daba nada Melissa cumpliera su palabra y que dejara de cuidar de su abuela.

Por eso pensaba darles un poco de la cuenta que Lucien le dio para sus gastos, esperando que con esto su madre pudiera estar un poco más calmada.

— Hola, ¿Llevas mucho tiempo esperando? Disculpa el retraso, es que había algo de tráfico. — Se disculpó Clara mientras tomaba asiento.

— No te preocupes, acabó de llegar también. — Respondió Aria con una sonrisa tranquilizadora.

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