— La señora… La señora Camille está aquí. — Tartamudeo dejando a Lucien desconcertado y al mismo tiempo incrédulo, con demasiadas incógnitas en su cabeza que lo dejaron aturdido, nunca imagino esa respuesta.
Aria miró la expresión de Lucien y de Luna que también quedó paralizada al escuchar ese nombre y no entendía nada, porque nunca ni Lucien ni Luna lo habían mencionado, pero un extraño sentimiento se apoderó de su corazón, todo se sentía un poco mal y comenzó a sentirse muy nerviosa y tensa.
— ¿Mi mamá? — Preguntó Luna reaccionando finalmente con los ojos abiertos de par en par, al mismo tiempo que su pequeño corazón se aceleraba, no entendía si esto era un sueño o quizás se estaba equivocando, pero la posibilidad de volver a ver a su mamá después de tanto tiempo era algo que siempre quiso y la emocionaba demasiado.
“Su mamá está muerta, ¿No es así? ¿Cómo es esto posible?” Pensó Aria mirando a la pequeña, descolocada y sintiendo un terrible presentimiento en su corazón
— Aria por favor lleva a Luna arriba. — Pidió Lucien tensando sus manos en puños, no había otra Camille en su vida más que su difunta esposa, esto no tenía sentido alguno, pero hasta que no pudiera aclarar las cosas tenía que alejar a Luna de esto, no sería bueno que se emocionará para luego decepcionarse, eso la afectaría demasiado.
— Papá, ¿Es mi mamá? Yo quiero verla. — Dijo Luna sin moverse, antes de que Aria pudiera reaccionar.
— Luna anda ya a tu habitación con Aria. — Gritó él y antes de que pudiera arrepentirse los ojos de Luna se cristalizaron.
Luna lo miró incrédula por un momento, antes le había hablado fuerte, pero nunca tanto como hoy, esto le dolía mucho y sin poderlo evitar sus lágrimas empezaron a caer por su rostro y subió las escaleras de prisa.
Aria miró a la pequeña con su corazón mucho más apretado al verla tan triste y corrió tras ella, sabía que si Lucien estaba tratando de esta manera a Luna era porque él también estaba muy afectado por la noticia y no sabía cómo reaccionar, porque él amaba mucho a Luna y no la trataría de esa manera si no se sintiera sobrepasado por la situación.
Lucien vio a las dos personas más importantes de su vida irse con el corazón apretado, quería disculparse con Luna, pero en este momento lo mejor era que ella estuviera lejos para él poder averiguar que estaba sucediendo en realidad. Después se disculparía con su princesa.
— Priscilla ahora dime de una vez de que carajos estás hablando, ¿Te has vuelto loca? ¿No sabes cuánto esto puede afectar a Luna? Camille está muerta. — Masculló Lucien mirándola con frialdad.
— Señor, le juró que es ella, le diré que pase. — Dijo Priscila con los nervios de punta, tenía un poco de temor de la molestia de Lucien si él llegaba a pensar que ella estaba diciendo esto para perjudicar lo, así que salió corriendo a buscar a Camille, sin esperar ninguna respuesta de Lucien.
Él la vio salir de prisa y no se molestó en intentar detenerla, se puso su máscara y solo esperó que entrara la persona para que este absurdo mal entendido se pudiera aclarar, ya que pensaba que lo que decía Priscilla era imposible, pero cuando la vio acercarse de nuevo con una persona detrás y pudo ver a esta, se quedo congelado, incrédulo.
Se decía que esto era imposible, que ella debería ser una persona parecida a Camille, pero mientras más la veía no podía encontrar ninguna diferencia con la persona que estaba en su memoria.
— Mi amor… — Espetó Camille en voz baja, mirándolo con timidez, esperando que él reaccionara y se acercará a abrazarla.
— ¿Camille? — Cuestionó Lucien frunciendo el ceño, todo le indicaba que era ella, incluso su voz era la misma que recordaba, pero le costaba aceptar que está era la persona que se suponía que tenía más de un año muerta.
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