— Jake, ¿Tú en serio no quieres conocer a papá? — Preguntó Marcus mirando a su hermano.
— Si quiero, pero no quiero que mamá vuelva a llorar. — Respondió Jake un poco triste, ellos nunca le preguntaban a Maya por su papá, pero si hablaban entre ellos de cómo sería tener uno y que porque su padre nunca venía a buscarlos, ahora sabían que era porque él no estaba enterado de que tenía hijos y que quizás nunca lo sabría.
— Yo tampoco quiero que mamá esté triste. — Murmuró el otro niño, él también quería conocer a su papá, solo había dicho que no quería tener nada que ver con este por su mamá. Pensaba que si ella estaba llorando era porque su padre había hecho algo que la había puesto muy triste, así que era mejor no obligar a su madre a estar cerca de él, después de todo, ella era quien siempre había estado con ellos, no conocían lo que era tener un padre, así que podían seguir adelante sin él.
— Esta bien, entonces no podemos decirle nada a mamá, lo mejor es seguir como si no supiéramos de él. — Suspiró Jake abatido.
— Niños viene a traerles su vaso de leche para que se lo tomen y se duerman, su mamá se quedó dormida ya. — Dijo Jacob entrando a la habitación con una bandeja, había terminado escuchando la conversación de ellos.
Maya se había quedado dormida hace una hora, estaba muy triste y su enfermedad le estaba causando estragos, por lo que se había quedado dormida muy rápido y Jacob estaba agradecido por esto, porque si hubiese estado despierta habría venido a darle las buenas noches a los niños y escucharía la conversación que tenían, por lo que inevitablemente tomaría una decisión por el bien de ellos, pero que a ella le haría daño.
— Gracias tío, ¿Mamá sigue enferma? — Preguntó Marcus frunciendo el ceño, seguía sin creer que lo de su mamá era un simple resfriado, no tenía ese tipo de síntomas.
— Si, pero pronto comenzará a mejorar, ustedes no se tienen que preocupar por nada, solo deben portarse bien, por cierto no olviden cepillarse los dientes antes de dormir. — Respondió Jacob antes de empezar a caminar hacía la puerta, pero al escuchar la voz de uno de los niños tuvo que detenerse y voltear a mirarlo.
— Tío, ¿Qué le hizo el hombre que vino? ¿Por qué mamá lloraba? — Preguntó Jake, quería saber más de lo que pasaba entre sus padres, pero no se atrevía a preguntarle nada a Maya, porque no quería que ella se pusiera más triste.
— Son cosas de adultos, ustedes están muy pequeños para andar preguntando sobre eso, ya no se preocupen, ya pasó, su mamá está bien. — Aseguró Jacob antes de salir de la habitación, a veces se le hacía difícil lidiar con la inteligencia de sus sobrinos porque se daban cuenta de más cosas de las que deberían y también le daban mucha más importancia, otros niños ya se habrían olvidado de eso.
…
— Creo que sería bueno que se mudaran de aquí Maya, ya él sabe que estás aquí y es probable que vuelva a venir a buscarte.
— Igual me encontrará si quiere hacerlo y no quiero estar huyendo siempre, constantemente estamos mudándonos de casa, no quiero hacerlo también de país, los niños merecen algo más de estabilidad, así que nos quedaremos aquí, creó que él no volverá a aparecer por aquí. — Murmuró Maya, después de esa bofetada no creía que él regresará, no era un hombre que estuviese acostumbrado a ese trato, él ni siquiera soportaba que alguien le gritara y aunque aún estaba confundida con respecto al porque había venido a buscarla para decirle mentiras, pensaba que después de como ella lo trato él no seguiría con esto.
Jacob la miró sin saber que decirle, sabía que si Victor vino hasta aquí y había estado buscándola, era muy poco probable que se rindiera tan fácil, desde hace tiempo sabía que él de alguna manera si tenía sentimientos por ella, pero no podía decirle esto y cuando estaba por insistirle para que aceptara mudarse, recibió una llamada de su padre.
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