La mandíbula de Michelle se abrió, debido a la impresión de recibir aquella información.
Al instante, se enderezó y miró a Linda directamente a los ojos, mientras hablaba: "Tú... ¿De qué estás hablando? ¿Cómo es que te casaste con Cecil 8o?".
"Es una larga historia. Primero, busquemos un lugar para comer, y podemos hablar allí", instó ella, empujando a su amiga por la calle.
"¡No puedo creer que me hayas ocultado una noticia tan emocionante!
Tienes que contármelo todo", exigió la mujer, dándole una mirada mortal a su amiga.
Tras caminar por la acera durante unos minutos, las dos, finalmente, ingresaron a un restaurante común, en el que sí podían permitirse comer. Después de sentarse y acomodarse, la recién casada le contó a Michelle la historia de cómo se había casado con Cecil, de principio a fin, incluyendo la parte del reencuentro con sus padres biológicos.
Su mejor amiga escuchó obedientemente todo el relato, en completo silencio, contemplándola con incredulidad. "Así que... No simplemente eres la hija perdida de la familia Ye, sino que, ahora, ¿ eres la esposa de Cecil 8o?", preguntó la mujer, sorprendida.
Linda apretó con fuerza sus labios en una línea recta, negando con la cabeza, para responder después: "Él no piensa en mí como su esposa, y tampoco soy su esposa legal".
La emoción inicial de Michelle seguía en su sonrisa, al cuestionar: "¿Y acaso eso importa?".
"¿Qué quieres decir?", dijo la chica, sin entender.
"¡Ahora que vives en la misma casa que él, lo más importante es aprovechar la oportunidad!", exclamó su mejor amiga.
Colocándose un mechón de cabello detrás de la oreja, esta negó levemente con la cabeza, acotando: "La mujer a quien él ama es Leona, y todavía la quiere de vuelta. Yo no pretendo ocupar su lugar, en lo absoluto".
Sintió que Michelle la leyó como un libro abierto, por lo cual frunció los labios y asintió, mirándola. "Sí, así es", respondió, sin más.
La mujer se levantó de su asiento con un grito ahogado y se acercó a ella, tomando su mano, y asegurándole: "Linda, sea cual sea la situación, te has casado con el hombre que te gusta, así que ahora debes aprovechar la oportunidad para lograr que se enamore de ti".
Esta negó varias veces con la cabeza, riendo, para luego responder: "Yo no soy tan encantadora".
Su amiga inclinó la cabeza, como si estuviese pensando en algo, y objetó: "Mira, me dijiste que Leona es tu hermana gemela, ¿no es así? Cecil Bo tan solo descubrió que no eres ella porque no tienes un lunar en la parte trasera de la oreja, lo que significa que te ves idéntica a ella en todos los demás aspectos. Si él sigue tan empeñado en recuperar a Leona, debe significar que le gusta por su personalidad, pero como eres tú quien vive con él, debes tomar esta oportunidad para lograr que se enamore de ti. Entonces, aunque Leona llegase a regresar algún día, él podría darse cuenta de que la mujer que quiere no es ella, sino tú".
Tras escuchar aquel monólogo, la gemela mayor tan solo puso los ojos en blanco y continuó comiendo.
Sin embargo, Michelle sacudió su hombro para llamar su atención y continuó: "Linda, ¿sabes algo? He estado enamorada de Albert durante muchos años, y durante todo ese tiempo, la mujer que ha estado a su lado ha ido cambiando, pero nunca fui yo una de ellas. Ojalá yo tuviera la oportunidad de pasar unos minutos con él, tú tienes la suerte de vivir en la misma casa que la persona que te gusta y debes tomar la iniciativa. Créeme, no hay mayor ventaja que esa".

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