Evelyn se quedó en silencio.
Aurora continuó: "En aquel entonces, eras como un elegante cisne blanco ante mis ojos. Todo el mundo en la clase, ya fueran niños o niñas, te querían. Yo siempre pensaba, qué bien sería si tuviera tan solo una pequeña parte de tus cualidades".
Aurora pareció recordar algo: "Esos tres años de secundaria fueron los más felices de mi vida. Gracias a ti, Evelyn, dejé de ser un patito común y corriente. Sentía que podía ser amiga un cisne tan brillante como tú, eso me daba la sensación de que yo también podía brillar".
Evelyn respondió: "Pero nunca me consideraste realmente tu amiga".
Aurora refutó: "No, te consideré mi mejor amiga de verdad, ¿recuerdas la caja de deseos que enterramos bajo el tercer árbol? ¿Quieres ir a verla?".
Por supuesto que, Evelyn recordaba. Al finalizar la secundaria, era popular enterrar cajas de deseos, pero normalmente era algo que solo hacían las parejas. Evelyn compró una a escondidas y junto con Aurora hicieron un deseo, lo pusieron en la caja y la enterraron bajo el tercer árbol fuera del campo de juego, prometiendo abrirla juntas diez años después.
Aurora encontró el árbol, cavó con una piedra y desenterró la caja de deseos de aquel año. La caja estaba oxidada. El corazón de Evelyn parecía estar siendo torturado. Aquellos años de inocencia y belleza parecían que afueran ayer.
Aurora ya había abierto la caja, dentro había dos notas completamente intactas, leyó primero la nota de Evelyn, y decía: "Espero viajar y comer alrededor del mundo con Aurora, ser mejores amigas para siempre".
Aurora miró la nota y sonrió ligeramente: "Evelyn, estoy conmovida de que escribieras eso".
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