Evelyn siempre había creído que amaba a César.
Eran amigos desde hace muchos años, con una profunda relación de diez años.
Sin embargo, en ese momento, Evelyn no pudo decir nada, permaneció en silencio por un rato antes de finalmente decir: "No estoy segura..."
Parecía que algo había desaparecido de los ojos de César: "¿Es por Renzo?"
Evelyn confesó: "Sí, César, no podemos volver al pasado. Deberías olvidarte de mí y comenzar de nuevo."
César se volvió.
Evelyn vio cómo sus hombros temblaban ligeramente y cómo apretaba los puños.
Evelyn se sentía extremadamente dolorida por dentro, las lágrimas caían sin que pudiera controlarlo.
Evelyn dijo: "Lo siento, César."
César, con la voz entrecortada, dijo: "Evelyn, espero que seas feliz en el futuro, adiós."
César se alejó, su figura se hizo cada vez más pequeña.
Viéndolo alejarse, Evelyn podía sentir cómo el chico al que había entregado diez años de su vida se estaba desvaneciendo lentamente de su vida.
A lo largo de esos diez años, habían tenido peleas y rupturas, pero Evelyn sabía que esta vez, era una despedida real.
Las lágrimas caían como lluvia, y lloraba sola en la oscuridad de la noche.
No sabía cuánto tiempo había estado llorando hasta que escuchó la voz de Renzo.
Renzo dijo: "Evelyn, también soy un hombre con sentimiento. Ver cómo te duele tanto me pone celoso."
Evelyn levantó la cabeza, con lágrimas en los ojos, vio a Renzo ofreciéndole un pañuelo.
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