Evelyn no podía creer que Jenaro hubiese soltado esa historia así como así.
Hace un año, Evelyn vio por primera vez a Jenaro en la gala y le pareció muy impresionante.
Pero nunca se imaginó que la primera frase que Jenaro le diría sería: "Chiquilla, ¿te gustaría casarte conmigo?"
Evelyn se asustó en ese momento, pensando que aunque el hombre era guapo, quizás no estaba muy bien de la cabeza.
No se conocían, no tenían nada en común, e incluso, esa era la primera vez que Evelyn lo veía.
Evelyn lo rechazó en el acto.
Nunca le contó esto a nadie, ni siquiera a César, su novio de aquel entonces.
Iván, por otro lado, no pareció demasiado sorprendido y sonrió: "Vaya, no sabía que te había propuesto matrimonio. Debes ser la única que ha resistido a Jenaro."
Al oír esto, Jenaro pareció ofendido: "Ella me rompió el corazón. Ha pasado un año y la herida aún no ha cicatrizado."
Evelyn no sabía qué decir.
Jenaro agregó: "Chiquilla, parece que el destino esta de nuestro lado. Ahora que tenemos la oportunidad de conocernos más, estoy seguro de que te enamorarás de mí."
Evelyn respondió fríamente: "No, no me gustan los hombres que son más bonitos que las mujeres."
Al oír esto, Jenaro se alegró.
Extendió la mano para pellizcar la mejilla de Evelyn: "¿Me estás halagando? Tienes una forma muy peculiar de halagar."
Iván intervino: "Si quieres casarte con ella, me temo que ya no tienes oportunidad."
"¿Por qué?"
"Ya está casada," dijo Iván con calma.
Al oír esto, Jenaro palideció y se llevó la mano al pecho: "¿De verdad?"
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