Herida de Luna: La Caza del Amor Perdido romance Capítulo 12

*****Punto de vista de Louise*****

Me volví bruscamente y vi a Chloé sangrando profusamente por los costados. Confundida y sin palabras, me quedé mirando fijamente el cuchillo manchado con su sangre en mi mano.

¿Lo que acaba de suceder?

"¡Por qué diablos eres tan malvada, mujer vil!" Escuché a la mamá de Benjamín gritarme.

"P-pero yo-yo..." Ni siquiera podía completar mi tartamudeo.

Todo había sucedido de forma borrosa. Estaba pasando junto a ellos y sentí un cuchillo presionado en mi palma.

Por reflejo defensivo, mi cerebro respondió rápidamente al hecho de que podría estar en peligro y tenía mi mano sobre el cuchillo antes de que me lastimara.

Miré a Chloé, ella lloraba de dolor mientras todos se apiñaban a su alrededor, tratando de detener la hemorragia.

"¡¿Qué diablos te pasa?!" Benjamín estaba más que enojado, veía rojo.

"Créeme, Benjamín, yo no…" seguía diciendo cuando de repente me cerró la boca.

"¡Basta de mentiras! ¡¿Qué tan mezquino puedes llegar a ser ?!" Él rugió.

"¿Por qué no me crees?"

Chloé resultó herida y eso fue un crimen enorme. Sería visto nuevamente como un intento de asesinato, lo cual definitivamente no lo fue.

Esta manada definitivamente estaba empeñada en causarme tantos problemas.

Ahora incluso le rogué a Benjamín, como si quisiera creerme.

Ni siquiera había traído ningún arma a esta ceremonia, solo sabía que Chloé había hecho esto a propósito, pero qué desesperada estaba por demostrar…..

¡¿Qué diablos estaba tratando de demostrar?!

Era obvio que quería a Benjamin, que de buena gana le dejé.

¿Por qué estaba haciendo un esfuerzo tan extra para hacerme esto?

"Esto no estaría sucediendo si les hubieras mostrado quién eres realmente". Pronunció Cindy, pude sentir su molestia y decepción.

"Sabes que no puedo hacer eso, Cindy". Yo defendí.

"¿Por qué? ¿No puedes decirles que eres la heredera de la manada más grande y próspera de las cuatro regiones de Fangoria?

Me quedé en silencio, sin decir nada más.

"Ya has hecho daño más que suficiente hoy, Louise. ¡Definitivamente serás castigada!"

"¿Por qué?" Pregunté, desconcertado.

"¡Intentaste matar a Seren, y eso por segunda vez! Es un crimen castigado con la muerte". Él escupió.

"Tú me conoces, Benjamín. Durante los tres años que llevamos casados, nunca he hecho algo como esto, ¿verdad?"

¿Dónde diablos estaba Jace? ¿Por qué no estaba aquí? Éste era un caso del que no podía intentar salir adelante.

En cualquier lugar donde se juzgara este caso, incluso como Alfa, me ocuparían de mí.

Los vi sacar a Chloé del lugar, el corte era profundo porque todavía sangraba.

Retrocediendo como si tuviera miedo y casi rindiéndome, me puse en marcha y pasé junto a Benjamin antes de que pudiera darse cuenta de lo que estaba sucediendo.

Tomando el sendero del bosque, avancé entre matorrales cuando escuché a Alejandro llamar a sus guardias hacia mí. "Asegúrate de que no se escape."

Yo era un Alfa. Los hombres lobo normales no podían competir conmigo en términos de fuerza, velocidad, agilidad e instintos de supervivencia. Fácilmente podría dejarlos atrás.

No podía decir cuánto tiempo había estado corriendo, pero cuando me giré, ya no podía ver ni oír los fuertes pisotones detrás de mí. Reduje la velocidad pero no dejé de correr.

¿Dónde estaba Jace y cómo podría encontrarlo ahora?

Él tenía el auto y necesitaba que me sacara de aquí. No podía esperar a volver al grupo Iron Claw.

Mi padre me había advertido, pero yo no lo había escuchado. Él nunca apoyó este matrimonio; había querido que yo me hiciera cargo, pero yo me había mostrado inflexible.

Mi matrimonio con Benjamin fue una farsa, nada del otro mundo. Todos mis esfuerzos por ser una esposa buena y sumisa habían resultado en un boomerang como humillación y dolor para mí.

"Luisa." Escuché que alguien me llamaba. No le presté atención, podría ser Benjamín. Podría haberse unido a la persecución. No bajaría la guardia.

Necesitaba aumentar mi ritmo e irme de aquí. Estaba fuera del bosque ahora

Estaba maniobrando a través de edificios y vehículos. La gente se detenía a mirarme como si estuviera loco, pero no me importaba. Es mejor estar loco que ejecutado por un crimen que no cometí.

"Luisa." La voz volvió a llamar. Me arriesgué a mirar a mi lado para ver que era Jace. "¡Súbete!"

Saltando sobre un auto, me deslicé por la puerta que él me había abierto y salimos de allí.

"¡¿Dónde diablos estabas ?!"