Herida de Luna: La Caza del Amor Perdido romance Capítulo 21

*****Punto de vista de Benjamín*****

"¿Sí?" Miré acaloradamente a los hombres que había enviado tras Louise, mientras intentaban recuperar el aliento después de un largo tiempo de correr entre árboles y evitar vehículos que intentaban atraparla.

Pero claro, no pudieron. No tenían a Louise con ellos, aunque aun así pregunté por si me equivocaba.

-Alfa, se escapó-logró pronunciar uno de ellos entre jadeos.

Sin importarme si perdieron el aliento en ese momento y murieron, mi mirada rápidamente se convirtió en una mirada que podría derretir incluso el iceberg más grande. "¡¿Ella escapó ?!"

"S-sí, Alfa."

Gruñí de ira. "¡¿Cómo pudiste dejarla escapar?! ¡¿Cinco de ustedes y nadie pudo capturarla?! ¡¿Para qué son mis guardias?! ¡¿Acabo de cometer un delito grave y ustedes, idiotas, no pudieron atraparla?!"

"Lo-lo-lo-sentimos, Alfa" Otro de los guardias que había enviado se disculpó, su tartamudeo era un testimonio obvio del miedo evidente en su voz.

"¡¿Lo siento?!" Avancé hacia los cinco de estos buenos para nada, amenazadoramente.

Sentí ganas de romperles el cuello.

Seren estaba en el hospital luchando por su vida, pero tuvieron el valor de pedirme perdón. "Si algo le sucede a Chloé, ¿me pedirán perdón? Si ella muere, ¡¿ustedes, idiotas sin cerebro, le pedirán perdón a su cadáver?! ¡¿Lo harán?!" Con cada palabra que decía, mi furia rogaba ser desatada y mis puños deseaban conectarse agresivamente con cualquiera de sus narices o mandíbulas.

Tuve que mantener obstinadamente mis manos a los costados, luchando contra la tentación de hacerlas caer solo por la fuerza de mis puños.

Retrocedieron cautelosamente a un ritmo sincrónico, cada uno evitando mi mirada. Con una velocidad sólo digna de cualquier lobo Alfa, los tomé por sorpresa y agarré la camisa del que había hablado primero. "¿Dónde está Luisa?"

"Lo-lo siento, Alfa. La-la perdimos". Vi moverse su nuez y, al tragar su miedo, me miró con los ojos muy abiertos.

"¡¿Como pudiste?!" Agarré con más fuerza su camisa, casi estrangulándolo en el proceso. Lo mataría, los mataría a todos. Eran inútiles, todos ellos.

Hombres lobo muy inútiles.

"¿Cómo podría un Omega dejarte atrás? Ella pertenece a la clase más baja en el ranking de hombres lobo"

"P-por favor..."

"¡El más bajo!" Le escupí, interrumpiendo su tonta disculpa que sólo me enfurecía más.

El otro hombre ya no podía fingir ser fuerte, todos estaban temblando y se formaban gotas de sudor en sus frentes, algunos incluso tenían estas gotas corriendo por ambos lados de sus caras golpeables.

"P-por favor, Al..."