Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 354

Un rato después, unas gotas de lluvia se cayeron en su cara...

Santiago estaba tosiendo y porque ya inhaló alguno monóxido de carbono, su conciencia se volvió cada vez más confundida. Así que cuando vio a Vanesa correr hacia ella, pensó que apareció ilusión.

Pero unos segundos tras, se dio cuenta de que eso no era ilusión. De verdad, ¡era Vanesa!

Vanesa sostenía la cara de santiago y gritó llorando:

—¡Cabrón! ¿Por qué me engañas? Te he prometido que tengo que salvarte. No saldré.

Santiago estaba muy preocupado. Eso no era un juego, realmente moriría en cualquier momento. Solo esperaba que Vanesa pudiera sobrevivir y disfrutar la vida. Vanesa sufrió mucho en su pasado, así que no quería que ella perdiera la vida así. Vanesa valía la pena vivir alegremente y tranquilamente.

—¡Vete! No deberías morir aquí, te mereces una vida feliz. ¡¡Vete!! —gritó enojado Santiago.

—Una vida sin ti, nunca podré ser feliz.¿Entiendes?

Enfrentaba el grito de Vanesa, Santiago se quedó pasmado.

—Yo siempre me engañaba que ya te olvidé, no te amé, no tuve nada sentimiento para ti. Pero lo sé muy bien. Yo solo estuve enojada por divorcio que mencionaste. ¡Nunca te olvido ni siquiera un segundo. ¡Te amo!Santiago. No me eches, déjame acompañarte.¡Por favor!... —Vanesa gritó con todos esfuerzos mientras tomó las manos de Santiago fuertemente como si estuviera preocupado de que su mano desapareciera repentinamente

Al escuchar las palabras de Vanesa, Santiago no pudo contener sus lagrimas.

—Tonta...Te dañé, te ignoré... cuando me necesitabas, nunca estuve en tu lado. Te debo mucho. Lo siento. Lo siento por todo lo que hice el pasado. Ya me ha enamorado de ti hace mucho tiempo, pero nunca te he dicho, te amo.

Vanesa lo abrazó con fuerza sonriendo pero mientras las lagrimas cayeron.

—Por suerte, todavía puedo escucharlo...

Los dos abrazaron y estaba perdiendo la conciencia poco a poco. Esta pareja enfrentó la muerte con tranquilidad como si dos soldados se lanzara a campo de batalla y prepararon aceptar el juicio de muerte.

El fuego traía pánico, la muerte conllevaba miedo. Pero el amor ardiente podía traer la valentía del superarlos.

...

En el hospital.

«¿A qué viene tanto alboroto?»

Vanesa abrió los ojos lentamente y vio el techo puro.

«¿Dónde estoy?¿Ya estoy en paraíso?»

—¡Vanesa!¡Gracias a Dios! ¡Por fin despiertas!

Un grito alto le hizo reaccionar. Era Stefano. Y luego miró a su alrededor, había un motón de personas: enfermeras, policías, Erick, Stefano.

Erick estaba hablando con Celeste Gilabert.

«¿Por qué estoy en hospital? ¿No he muerto en incendio? ¡Incendio! ¡Santiago!»

De repente se sentó se la cama. Tiró a Stefano y se apresuró a preguntar en voz alta,

—¿Donde está? ¿Dónde está? Dime.

—Vanesa, tranquila.

Capítulo 354: 1

Capítulo 354: 2

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