¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 78

Está tambaleando ante mi asalto a sus labios sedientos de más, veo como contrae los dedos de los pies, desesperada por llegar a su primer orgasmo, se lo doy, entro y salgo como un toro embravecido, hecha su cabeza hacia atrás, contrae su cuerpo y se va volviendo laxa. Sus gemidos invaden la habitación.

–Oh, sí, sí.

Está más que preparada para lo que lo que se viene. La voy llevando hasta donde se encuentra el sillón, la recuesto en el brazo, me coloco el preservativo, mi maniobra es casi la de un malabarista, la suelto solo un instante. La torturo, abro sus piernas y deslizo mis dedos, pasan de arriba abajo por su abertura expuesta, tomo sus jugos de elixir, untándolo dentro y fuera de ella, de modo que la voy preparando para sea más fácil el acceso.

–Dime que eres mía.

Digo de forma posesiva y no me importa, con ella voy a ser todo lo posesivo que me plazca, es mi mujer, mi reina, mi todo.

–Sí.

Un simple sí, es lo que sale de sus labios.

–Con todas las palabras, quiero escucharlo de tu boca.

–Soy tuya.

–Eres mía y de nadie más.

–Sí.

–No voy a compartirte con nadie, recuérdalo.

–Nunca lo voy a olvidar.

Mi parte posesiva sale a flote, no lo puedo evitar y no lo voy a remediar, es como si ya me hubiera marcado con su esencia, sé que lo que pasa por mi mete es infantil, pero quiero marcarla a fuego vivo. Que cuando sienta dolor en sus piernas recuerde quien se lo provocó. Que se acuerde de quien es y que sepa que también soy suyo. Estando en esa posición acaricio su trasero dando una sonora nalgada, da un brinco por la sorpresa, doy otra nalgada del otro lado, gime, le gusta lo que le hago, no pone objeción a nada. Me da vía libre para decirle lo siguiente.

–Esto va a ser rápido y duro – la prevengo – dime si vas a aguantar.

–Sí.

–Dime que lo quieres así.

–Sí. Lo quiero, rápido y duro.

Entro en una sola estocada. Estoy chocando rápido y duro dentro de ella, meto mis dedos con fuerza en sus caderas, la atraigo en cada embestida, la voy llevando poco a poco a las aguas de mi tsunami, golpeo, golpeo, caigo sobre ella, tomo su pelo en mi mano y empiezo otra tanda de acometidas, esta mujer deja salir el hombre de las cavernas que soy. Necesito sentirla rendida una vez más, que me de todo lo que tiene guardado en sus entrañas. La azoto, con frenesí. Estaba asustado cuando pensé que me dejaría por Justin. Ahora ya no, ahora sé lo que tengo, lo que me pertenece. Y lucharé como un maldito león para defenderla, para mantenerla en mi guarida.

–Dilo otra vez, me gusta cómo sale de tus labios.

Capítulo 78 Owen Kewlyn 1

Capítulo 78 Owen Kewlyn 2

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