¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 96

–Desde luego que sí.

–Ya vamos adelantados – por fin veo un atisbo de sonrisa en sus labios.

Se ve feliz y dichosa, al igual que yo, soy un tipo afortunado. Tengo a la mujer perfecta. Amo la sensación de que esté embarazada. De que un pedacito de mí esté en su vientre.

– ¿Todo este tiempo hemos estado embarazados, sin saberlo? es una locura.

Nuestro primer encuentro no sólo había cumplido mis expectativas, sino que las había superado con creces. Estaba impaciente por disfrutar del resto de mi vida a su lado con mis hijos, con nuestros hijos. No me conformaría con uno, de ella querría los que quisiera. No me importaba si no fueran planeados y que nos llenaran de sorpresa con su llegada. Estaba listo para lo que se viniera.

–Es lo que digo.

– ¿Estás contenta con la decisión?

–Desde luego que sí.

Quería gritar y llorar de la felicidad, el sentimiento era indescriptible, voy a ser papá, la vida me estaba dando una segunda oportunidad. Quería corroborar que estuviera de acuerdo en seguir adelante.

– ¿Estamos bien entonces?

–Sí, tenía miedo de como ibas a reaccionar.

–Es comprensible, pero es innecesario - le aclaro - no debes tener miedo de mí, yo jamás les haría daño, ni a ti ni al bebé.

Me pongo de pie y la levanto conmigo. La toma entre mis brazos y me giro dando vueltas, sonríe y sus sonrisa me eleva, reverberó en mi propio pecho, estoy loco de la emoción. Le brillan los ojos ahora que me confirma la noticia. Me importa que el mundo piense que es demasiado pronto para decirle que la amo, es la verdad, la llevo amando desde hace mucho tiempo. Me detengo y le lleno la cara de besos.

–Te amo.

Digo en un arranque de valentía, decirlo era una moneda de dos caras, pero sabría afrontar cual fuera su respuesta.

–También te amo.

Es verdad que cuando dices esas palabras, esperas que la otra te responda lo mismo, pero si ella no me las hubiera dicho, estaba en mi deber de conseguir que me amara. De lograrlo con mis actos y palabras, de llenarla de detalles y darle todo lo que estuviera a mi alcance, ella se merecía todo.

– ¿Cómo le vamos a decir a todos? ¿O cuándo?

–Si no quieres que les digamos, no lo hacemos. Pero no tengo ningún problema si les decimos, por lo menos a nuestros familiares.

–Es tan poco tiempo – mira a mis ojos y veo duda.

Sé que tiene miedo de los pronósticos de los embarazos, de esperar a que pasen las doce semanas de gestación para estar seguros que todo esté bien. Yo también lo estoy, más no pienso esperar mucho tiempo.

–Sé que dicen que hay que esperar a que pase el primer trimestre para dar la noticia, yo estoy en desacuerdo con eso, no puedo estar pensando en que no va a ser posible su completa gestación.

Capítulo 96 Owen Kewlyn (Viernes) 1

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