La Cenicienta en un Amor Despistado romance Capítulo 84

Cuando Mencía vio el deseo en los ojos de Robin, se apresuró a alejarse de él, diciéndole: "No te pases que estoy en turno. No puedo seguir hablando contigo, estar fuera tanto tiempo no es bueno."

"Bien, vuelve a trabajar y trata de no agotarte demasiado."

Robin la besó cariñosamente en la frente y luego se quedó mirando en la dirección en la que se alejaba, mientras su mirada era compleja.

Pensaba que no podía lastimar a una mujer tan pura y hermosa, pero Rosalía, ella estaba embarazada de su hijo, ¿qué debía hacer?

Finalmente, Robin se decidió a resolver el problema antes de que Mencía se enterara.

Si lo resolvía bien, tal vez Mencía nunca necesitaría saberlo.

......

Pasaron tres días, en los que Robin pensó y consideró mucho.

Finalmente, tomó la iniciativa de buscar a Rosalía.

Aunque estaba embarazada, aun así Rosalía estaba dando clases en el salón de baile, sin dejar que su trabajo se viera afectado.

Durante un descanso, vio a Robin desde la ventana panorámica y salió rápidamente a su encuentro.

"Robin, llegaste."

Naturalmente se enganchó en su brazo y le preguntó con dulzura: "¿También nos extrañaste al bebé y a mí?"

La expresión en el rostro de Robin era fría y le preguntó con indiferencia: "¿Terminas tu turno? Necesitamos hablar."

El corazón de Rosalía tembló involuntariamente.

De repente, se llevó la mano a la boca, corrió al lado de un bote de basura y empezó a vomitar, luciendo extremadamente incómoda.

"¿Qué te pasó?"

Robin rápidamente comenzó a acariciar su espalda, pues estaba claramente preocupado.

Rosalía intentó vomitar durante un rato, pero no salió nada.

Se enjuagó la boca y dijo con una mirada triste: "Últimamente las náuseas matutinas han sido muy severas y no puedo comer nada. Y, ¿qué querías hablar conmigo? Dímelo ahora, tengo que volver a trabajar en un momento."

"Si te sientes mal, no deberías esforzarte tanto."

Robin sabía que Rosalía siempre había sido muy dedicada a su trabajo, lo que la había ayudado a convertirse en una destacada bailarina.

Rosalía negó con la cabeza y dijo: "Tengo que trabajar duro para poder mantener a mi bebé en el futuro. En caso de que no nos quieras, al menos yo podré proporcionarle una vida próspera a mi hijo. Además, realmente amo a los niños y disfruto pasar tiempo con ellos."

Después de hablar, volvió a la sala de baile para continuar dando la clase y Robin esperó afuera hasta que terminó.

Durante ese tiempo, la vio correr al bote de basura varias veces para vomitar, luciendo extremadamente agotada.

Después de la clase, salió de la sala de baile con su rostro pálido.

Robin la sostuvo y le preguntó: "¿Estás bien?"

"Estoy bien, probablemente es solo que no he comido en los últimos días y tengo un poco de hipoglucemia."

Aunque ella había dicho eso, parecía tener problemas para caminar de manera estable, por lo que preocupado, Robin dijo: "Vayamos al hospital para que te revisen."

Rosalía lo miró emocionada y le preguntó: "En realidad te importa nuestra seguridad, ¿verdad?"

Robin no respondió, pues no sabía qué decir, solo quería que ella no sufriera ninguna complicación debido a ese bebé.

......

En la villa.

Últimamente, Mencía había estado llegando a casa tarde todos los días por su trabajo.

Normalmente, Robin siempre la recogía, pero ese día, él le había dicho que tenía asuntos en la empresa y envió a su chófer a recogerla.

Doña Lucía había preparado una merienda temprano, por lo que le dijo: "Señora, ¿tiene hambre? Coma algo, luego vaya a ducharse y descanse temprano."

Después de todo, ya eran más de las diez y Doña Lucía sentía pena por Mencía, ya que siempre salía temprano y regresaba tarde.

"Gracias, Doña Lucía."

Mencía tomó un tazón con sopa de pollo y luego subió las escaleras.

La bufanda que estaba haciendo estaba casi terminada y afortunadamente, Robin aún no había regresado, por lo que podría terminarla.

Justo en ese momento, su padre la llamó y Mencía le contestó diciendo: "Papá, ¿por qué me llamas tan tarde?"

"¿Ya te has ido a descansar?"

La voz de Héctor sonaba grave cuando le preguntó: "¿Estás con Robin?"

Mencía, algo confundida, respondió: "¿Por qué de repente preguntas por Robin? Esta noche está trabajando horas extra en la empresa y aún no ha vuelto."

Héctor permaneció en silencio un buen rato y finalmente dijo con seriedad: "Hoy llevé a tu abuela al hospital para una revisión médica y me topé con él. No me vio, pero yo lo vi con una mujer en el hospital."

El corazón de Mencía se hundió, apretó su teléfono con fuerza y de inmediato pensó en Rosalía.

Héctor, al no obtener respuesta por un rato, continuó: "No sé si esa mujer es la que Noa mencionó antes, pero la relación que vi entre ella y Robin parecía bastante íntima."

"¿Sabes para qué enfermedad fueron a ver?"

Mencía esperaba nerviosamente la respuesta de su padre.

Héctor suspiró y dijo: "Cuando los vi, ya habían terminado el chequeo y se subieron al ascensor. No sé a qué departamento fueron, pero si no fuera por esa relación, ¿por qué alguien como Robin acompañaría a una mujer común al hospital?"

Mencía estaba un poco confundida, pero pronto negó la suposición de su padre y le dijo:

"Papá, probablemente sea una colega o familiar, ¿no? Él... ya rompió con Rosalía, me lo dijo él mismo."

Mencía no solo estaba defendiendo a Robin, también estaba buscando una excusa para creerle.

Preocupado, Héctor dijo: "Solo quería recordarte que debes tener cuidado. Si puedes, deberías preguntar claramente. No te dejes engañar y que luego te vendan sin que te des cuenta."

"Sí, lo entiendo, papá."

Mencía respondió sombríamente y colgó el teléfono.

Sosteniendo su teléfono, parecía estar en un estado de trance.

Entonces, ¿a quién realmente estaba Robin acompañando al hospital?

¿Rosalía o alguien más?

Mencía se sintió cada vez más molesta y guardó en su armario la bufanda que casi había terminado de tejer.

Sacudió la cabeza con fuerza y murmuró para sí misma: "No puede ser, Robin es tan bueno conmigo, él no me mentiría."

Antes, cuando él y Rosalía estaban juntos, Robin siempre le decía la verdad sin guardarse nada.

Justo en ese momento, se escucharon unos pasos familiares en el exterior y Mencía rápidamente trató de calmarse, tratando de parecer normal.

Cuando Robin entró, se veía un poco cansado y con una mano desabrochándose la corbata, le preguntó con preocupación: "¿Por qué aún no te has ido a dormir?"

"Te estaba esperando."

Mencía lo miró, tenía las palabras en la punta de la lengua pero sin poder decirlas.

Robin sonrió ligeramente, besó sus labios y le dijo: "No me esperes tan tarde de nuevo. Ve a dormir primero, ¿de acuerdo?"

Mencía de repente lo abrazó, apoyándose en él como un gatito.

"¿Qué pasa?"

Robin la abrazó a cambio y su voz se suavizó aún más mientas le preguntaba: "¿Te sucedió algo durante la pasantía? Cuéntamelo, no te lo guardes."

Mencía negó con la cabeza y murmurando suavemente le dijo: "No, solo te echaba de menos."

Capítulo 84 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Cenicienta en un Amor Despistado