Ander se rio de la situación y respondió: "Qué pena, yo también deseaba ganar ese dinero, pero las casas de al lado no son mías."
Ander le mandó a Ariana una captura de pantalla de la transferencia de Oliver y le devolvió su dinero.
Cuando Ariana vio la captura, no sintió la alegría que esperaba, en cambio, le vinieron a la mente las palabras que había escuchado en la mañana y sintió un sabor amargo en el corazón.
Él sí que sabía cómo ser un patrocinador y además era muy consciente de ello, claramente solo la veía como una mujer a la que mantenía.
"Está bien, gracias, compañero, me ahorraste un dinero." Escribió Ariana.
Ander, que tenía un sexto sentido para esas cosas, notó que Ariana estaba un poco triste, pero no quiso meterse más en el asunto y en cambio le preguntó a Oliver: "¿Sabías algo del asunto de la casa?"
Oliver aún estaba arreglando unos terrenos con la familia Romero, los trámites eran un poco complicados y por eso se había retrasado.
Al ver que Ander le preguntaba de esa manera, se sintió un poco pesado.
De hecho, no sabía nada, ¿por qué Ariana no le había dicho?
¿Pensaría que no era necesario?
Lo que Gabriel y Nicolás dijeron después, él no lo escuchó, pues estaba perdido mirando el número de Ariana en su teléfono.
¿Cómo después de tanto esfuerzo para romper el hielo la noche anterior, ella se había ido esa mañana sin él?
Oliver empezó a inquietarse y se levantó de su asiento.
Nicolás, sorprendido al ver que se iba, le preguntó: "¿Presidente, vamos a cerrar el contrato ahora?"
Oliver, con sus finos y elegantes dedos, se ajustó los botones en su muñeca y asintió con la cabeza: "Sí."
Nicolás no preguntó más y siguió discutiendo los detalles con Gabriel.
Oliver se despidió, dijo que tenía que irse y Gabriel, por supuesto, no tuvo motivo para detenerlo.
Una vez en su auto, Oliver no pudo resistirse y llamó a Ariana, pero ella estaba ocupada viendo su nueva casa y no tenía tiempo para contestar el teléfono.
En menos de un día había conseguido una casa e incluso Ander le había mandado las llaves, la rapidez era increíble.
Ariana ya había contactado con una empresa de mudanzas y su gente ya estaba abajo.
Sus cosas fueron trasladadas una tras otra, pero como la casa era muy grande, pues contaba con trescientos metros cuadrados, aún se veía vacía.
Ariana tomó fotos y excepcionalmente, publicó en sus redes sociales.
Una nueva vida había comenzado.

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