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La Doctora Maravilla romance Capítulo 131

Media hora más tarde, el Rolls-Royce de Abel se ubicó en el estacionamiento situado frente a la cafetería. Abel salió del auto. Se sintió frustrado mientras veía el edificio de enfrente. Solo habían pasado unos días, pero Emma ya había llevado a Benjamín a casa.

«¡Está ocupando mi lugar! En especial el jardín de la azotea. ¡Yo invertí tanto esfuerzo en él! No lo hice yo, ¡pero fue idea mía! ¿Cómo se atreve Benjamín a usar mi jardín para coquetear con Emma?».

A Abel le pesaba el pecho. Cada exhalación de su nariz estaba llena de intención asesina. Emma estaba preparando café en el mostrador. Se fijó en un hombre alto y fornido que cruzaba la calle. Estiró el cuello para ver más de cerca.

—Sí, es Abel —dijo Samanta.

—En verdad es él. —Emma se subió las mangas—. Si terminamos peleando, asegúrate de que nada aquí se rompa.

—No. ¡Deberían pelear afuera! —dijo Samanta.

Emma estaba lanzando algunos puñetazos de práctica al aire cuando se abrió la puerta de cristal. Abel entró en el café con Lucas y los guardaespaldas se quedaron en la puerta.

—Pueden entrar todos —dijo Emma con frialdad—. No les tengo miedo.

Abel se acercó al mostrador y se elevó sobre ella.

—¡Un café solo, sin azúcar!

Emma se sorprendió.

«¿Quieres un trago antes de la pelea? ¡Bien! ¡De todas formas no te tengo miedo!».

Emma sirvió una taza de café y la puso delante de Abel.

—¿Así es como atiendes a tus clientes? —Abel sonrió satisfecho—. ¿Deberías llevarlo a la mesa?

Emma giró la cabeza.

—Hazlo tú, Samanta.

—¡Te pedí a ti que lo hicieras! —le dijo Abel a Emma.

—¿Estás buscando pelea? —Emma empezó a quitarse el delantal.

—Ahora soy tu cliente —dijo Abel con indiferencia—. ¡Después de tomarme el café, me voy a la tercera planta a recoger mis pertenencias!

Capítulo 131 No nos separemos 1

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