La Doctora Maravilla romance Capítulo 162

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—El Señor Benjamín te llevará —contestó Emma—. No creo que sea seguro que vayas conmigo.

Jazmín miró a Benjamín con impaciencia. Él se encogió de hombros y dijo:

—Claro, te llevaré a casa.

Abel no se marchó después de salir del hotel. Se quedó en su Rolls-Royce Phantom, mirando la entrada del hotel. Se arrepintió de lo que acababa de pasar. ¿Cómo había podido decirle algo así a Emma? No debería molestarle tanto que Benjamín saliera con ella. Era una mujer atractiva, y no era de extrañar que se enamorara de ella y quisiera perseguirla. Abel no debió humillarla por eso. Deseó poder retractarse de lo que había dicho antes.

El auto estaba junto a la calle, frente a la entrada del hotel, y Lucas, que estaba sentado en el asiento del copiloto, podía ver a cualquiera que entrara o saliera del hotel.

—Señor Abel, ha salido —dijo Lucas.

Abel bajó rápido la ventanilla del auto y pudo ver a Emma saliendo del hotel con unos vaqueros ajustados que acentuaban sus largas piernas.

—¿Dónde está Benjamín? ¿Por qué no están juntos? —preguntó.

Lucas dudó:

—Quizás fue por el auto al estacionamiento del sótano.

—El auto de Benjamín no está en el sótano. —Abel enarcó una ceja—. Acabo de ver su auto.

Lucas se quedó boquiabierto. No tenía idea de adónde había ido Benjamín. Lucas y los guardaespaldas estaban sentados a cierta distancia de la mesa de Benjamín en el restaurante, así que no se dio cuenta de que Jazmín también estaba en su mesa. No podía adivinar que Benjamín se iba junto con Jazmín. Ella había ido al baño antes de marcharse, así que salieron un poco más tarde que Emma.

—Señor Abel —dijo Luca—. La Señorita Linares se marcha en su moto.

Abel frunció el ceño.

El conductor arrancó de inmediato el Rolls-Royce Phantom para seguir a Emma. Ella iba a toda velocidad por la calle en su moto negra como una serpiente, y al conductor de Abel le resultaba difícil seguirla. Cuando todos se dieron cuenta de que no se dirigía hacia la casa de Benjamín, como le preocupaba a Abel, se sintieron aliviados. Se dirigía al Café Anochecer.