La Doctora Maravilla romance Capítulo 202

—Podía verlo. Cuando estaba enfermo, era su hijo quien lo cuidaba. Es con él con quien puede contar en el futuro —continuó Benjamín.

Maximiliano volvió a asentir.

—Así es. Sólo mi hijo y mi hija se preocupan y están nerviosos por mí. Si Emma no me curara, Tal vez estaría paralizado.

Mientras hablaba, sus ojos se pusieron rojos.

—¡Si tuviera paralizado, Alondra huiría con el dinero! ¡Bella no me serviría!

Benjamín suspiró.

—Aunque la Señora Linares falleció, recuerde el pasado y visite su cementerio. Creo que Edgar y Emma se lo agradecerán.

—Tiene razón. —Maximiliano se levantó—. Me equivoqué antes, pero no lo haré más.

—Así está bien. Vaya. Le pediré al Señor Edgar que le traiga el proyecto.

—¡Gracias, Señor Benjamín! —Maximiliano se fue contento.

Emma salió secándose las lágrimas.

Al mirar sus ojos enrojecidos, Benjamín se sintió divertido y angustiado. Tomó un pañuelo para ayudarla a secarse las lágrimas.

Emma dijo:

—Desde que mamá falleció y llegó Alondra, papá nunca nos tomó en serio a Edgar y a mí. Siguió los deseos de Alondra de alejarnos. Ahora cree que somos buenos, pero nos hizo sufrir mucho desde niños.

—Está bien —Benjamín la abrazó con suavidad por el hombro y la consoló con dulzura—. Tú y Edgar han crecido y están bien ahora.

Emma asintió.

—Perdono a papá, pero me temo que pronto escuchará la instigación de Alondra.

Benjamín respondió:

—Está bien. Mientras Edgar vuelva a estar a cargo de la Corporación Linares, tu padre sólo necesita descansar, y Alondra no puede hacer nada.

—Creo que sí —Emma sonrió—. Muchas gracias por lo de hoy.

—¿Gracias de qué? —Benjamín le apretó la naricilla—. Sólo transferí mensajes. Si Maximiliano supiera que el jefe detrás de mí es su hija, ¡su reacción sería maravillosa!

De repente, la secretaria dijo al otro lado de la puerta:

«¿pedí comida?».

«¿Cuándo pedí comida para llevar?».

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