La Espectacular Transformación de la Reina AI romance Capítulo 545

La mirada de Armando se quedó en Paulina por dos o tres segundos antes de apartarse, así que aunque parecía estar platicando de manera seria con otra persona, Orlando se dio cuenta de que en el fondo, la atención de Armando en realidad seguía en Paulina.

Cuando Paulina terminó de platicar con Jaime y se alejó, Armando no dejaba de buscarla con la mirada de vez en cuando.

Por su parte, Paulina seguía concentrada en atender a los invitados junto a Jaime, sin notar en absoluto el interés de Armando hacia ella.

Al ver esto, Orlando sintió cómo la rabia le subía por dentro, como si el enojo le quemara el pecho.

En ese momento, Armando apartó la mirada y, al girar la cabeza, se topó con los ojos de Orlando. Le dedicó una sonrisa educada y asintió en señal de cortesía.

La expresión de Orlando se ensombreció, tanto que los que estaban cerca lo notaron.

—Orlando, ¿qué pasa? —preguntó uno de sus amigos con curiosidad.

Orlando respiró hondo, tratando de calmarse, y enterró su furia bajo una apariencia tranquila.

—Nada, no te preocupes —respondió, fingiendo indiferencia.

Armando también asintió levemente, correspondiendo el gesto.

En el fondo, le hubiera gustado defender a Mercedez, pero no tenía el derecho para hacerlo. Así que, aunque sentía lástima por ella, optó por guardar silencio, igual que la vez anterior cuando notó la cercanía entre Armando y Paulina.

Pero si Armando llegaba a pasarse de la raya...

El gesto de Orlando se endureció y volteó a ver a Mercedez.

Ella, por su parte, sonreía como si nada, aparentando no darse cuenta de lo que estaba ocurriendo en la mente de Armando.

Pero, ¿cómo no iba a notarlo?

Mercedez estaba incluso más atenta que Orlando a cada interacción entre Armando y Paulina.

Por eso, la atención de Armando hacia Paulina no solo la había notado, sino que la veía con una claridad dolorosa.

Sostenía su copa de vino con fuerza, y la sonrisa se le iba volviendo cada vez más forzada, al borde de desmoronarse.

Mientras luchaba por mantener una expresión serena, de repente su celular sonó.

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