La Esposa de Lobo romance Capítulo 123

La cara de Solomon estaba hinchada. Le sangraba la nariz y la boca y estaba hecho un desastre.

Luna no pudo contener la risa y se rio entre dientes. Ella lo ridiculizó: “Señor Stormbrew, ¿qué te pasó? ¿Te chocaste contra un poste? ¿Por qué te ves tan miserable?”.

Solomon estaba furioso. Incluso sintió la necesidad de atropellar a Luna, pero Andrius estaba justo detrás de él.

Era cierto que quería a Luna muerta, pero no quería morir junto con ella. Rugió brutalmente: “¡Perra! ¡Solo espera! ¡Te haré sufrir a ti y a esa m*erda, Andrius Moonshade!”.

Luego, pisó el pedal y abandonó este lugar de pesadilla.

A Luna no le molestaron demasiado sus amenazas. No era la primera vez que Solomon la atacaba.

Luego, se dirigió al estacionamiento subterráneo. Sus tacones resonaban mientras caminaba.

Unos pasos luego, vio a Andrius salir tranquilamente como si nada hubiera pasado.

"Déjame adivinar, le diste una paliza a Solomon Stormbrew". Luna sabía lo que acababa de pasar de inmediato.

"Sí". Andrius parecía tranquilo.

“¿Por qué volviste a usar los puños?”. Luna estaba bastante sin palabras.

"Solomon Stormbrew merecía una paliza", dijo Andrius razonablemente. “Me llamó aquí y me ofreció casas extravagantes, coches de lujo y mujeres hermosas. Me quería de su lado y que me pusiera en contra de la Corporación Luna Nueva. ¿No se merecía una paliza?”.

Si esto hubiera sucedido en la frontera, Andrius habría abofeteado a tal enemigo hasta matarlo, en lugar de permitir que el hombre se fuera con el cuerpo intacto.

Luna puso una cara seria. “¿Puedes hablar bien? Deja de alardear".

"Yo estoy diciendo la verdad". Andrius la miró con la mayor sinceridad.

Después de separarse de Andrius, regresó a su oficina y encontró a Athena. “Athena, Andrius acaba de darle una paliza a Solomon Stormbrew. Según la actitud de ese hombre, se vengará de Andrius. Intenta vigilarlo y protegerlo si es necesario”.

Luna se masajeó las sienes para aliviar la irritación.

Athena se sorprendió. Ella preguntó: “Señorita Crestfall, si sigo a Andrius, ¿qué pasará contigo?”.

“Yo…”, reflexionó Luna. “Estoy en la oficina la mayor parte del tiempo. Si tengo que salir, te lo haré saber”.

Athena consideró su sugerencia y decidió encontrarse con ella en el medio. "Señorita Crestfall, cuando estés en casa o en la oficina, o en algún lugar donde tu seguridad esté garantizada, seguiré a Andrius. Aparte de eso, estaré a tu lado”.

Luna asintió. "Está bien, gracias".

"Es mi deber".