La Esposa de Lobo romance Capítulo 173

Siempre que hubiera un tipo que le gustara al hombre, ella podría adaptarse a él.

Suletta incluso aprendió de los libros cómo coquetear con un hombre, absorbiendo un total de 36 técnicas para capturar el corazón de un hombre con éxito y debería ponerlas en práctica mañana.

"Si consigo llamar la atención del Rey Lobo, seré la princesa de toda la Provincia del Sur, ¡la estrella más brillante entre las mujeres!".

Con eso, Suletta bajó la cabeza tímidamente y trató de ser lo más femenina posible.

Al día siguiente, estaba prevista la ceremonia de toma de posesión del nuevo gobernador militar en la plaza central del ayuntamiento.

La plaza estaba bellamente decorada. Había un escenario en el centro y frente a él estaban los asientos para las personalidades.

Solo había tres filas de asientos VIP. La primera fila, que era la más exclusiva, estaba preparada únicamente para el Rey Lobo.

La segunda fila era para los funcionarios del gobierno local y los dignatarios, ambos separados por un pasillo.

La tercera fila era para el resto de funcionarios y familias influyentes.

La mayoría de las familias invitadas eran enormemente ricas e influyentes, y todas ellas trajeron al acto a sus hijos de mayor confianza y a sus hijas más atractivas.

Detrás de los asientos VIP había innumerables asientos para el público, más de mil, y todos estaban ocupados.

Delante y a ambos lados del escenario rodaban innumerables cámaras. Más de cien medios de comunicación y reporteros estaban a la espera. Querían registrar el momento histórico con los mejores detalles desde múltiples ángulos. La cadena de televisión local también retransmitió en directo para toda la ciudad.

Fue un acontecimiento grandioso y magnífico.

Bajo decenas de miles de pares de ojos, Marco subió al escenario.

"Buenos días, ciudadanos de Sumeria. Soy Marcus Freely, su alcalde, y seré vuestro anfitrión en esta ceremonia de investidura".

Cuando la voz amplificada se apagó, un atronador aplauso sonó desde el asiento del público.

Era el nuevo gobernador militar de Sumeria, Severus Sano.

Severus subió al escenario y miró al público. Llevaba una mirada fría mientras decía con voz firme: "Buenos días a todos. Soy Severus Sano, el nuevo gobernador militar de Sumeria".

La breve presentación y sus ojos penetrantes hicieron que la gente se sintiera como si estuviera siendo observada por un poderoso rey. Sus corazones latían con fuerza y de repente sintieron una extraña necesidad de someterse.

El aura de Severus era dominante.

Innumerables jovencitas caían rendidas a sus encantos y querían tener hijos suyos. Las que eran más inteligentes y dignas pensaron en otra pregunta: si este militar era así de dominante, ¿cómo sería con el Rey Lobo?

Suletta estaba en la segunda fila y no pudo evitar que su corazón se acelerara al ver a Severus. Su rostro se sonrojó, pues estaba ansiosa por ver al Rey Lobo.

Entonces, Marcus dijo: "Ahora bien. ¡Demos la bienvenida al Rey Lobo en el escenario para inaugurar oficialmente al Gobernador Sano!".