La Esposa de Lobo romance Capítulo 178

Luna era inmune a su actitud frívola, así que simplemente lo mandó de vuelta. "Ya puedes irte".

Andrius regresó a la oficina del Equipo Cinco.

"Jefe, ¿sabe lo del Rey Lobo?". El Gordo Frank corrió hacia él cuando regresó. Sus ojos brillaban.

"Mm-hmm". Andrius asintió.

"¡El Rey Lobo es increíble!". Frank El Gordo parecía impresionado. "¡Si pudiera conocerlo en persona, le limpiaría los zapatos y seguiría siendo feliz!".

"¡El Rey Lobo es increíble! Escuché que su aparición asustó a los Henderson y a los jóvenes hasta el alma. Todos se desmayaron en el suelo", dijo Ángel con infatuación mientras juntaba las manos. "Si pudiera conocerlo, tendría a sus bebés".

"¡Hmph! Hay un montón de mujeres que quieren tener hijos del Rey Lobo. ¡Haz la fila!".

"¡Sí! Deja de soñar!".

El otro se burló de ella.

Andrius simplemente se rio. Luego dijo, "Si tienen tiempo para pensar en esto, ¿por qué no piensan en cómo ayudar a la empresa a asegurar los recursos ociosos que dejaron los Henderson y los Hanshus? Piensen en una forma de ayudar a la empresa a llegar a la cima".

"Hasta entonces, su estatus y valor aumentarán también".

El grupo se desanimó cuando escucharon a Andrius.

"Incluso con los Hendersons y Hanshus fuera, todavía están los Timberlands".

"Puede que trabajen con nosotros, pero no se quedarán de brazos cruzados y nos dejarán masticar un trozo de carne tan grande", Frank El Gordo negó con la cabeza, expresando su rechazo sobre el asunto.

Ángel añadió, "Aunque los Timberland estén dispuestos a darnos la oportunidad, nuestro competidor, la Corporación Castlerock, tampoco nos dejará ir tan fácilmente. Solomon Stormbrew no entregará el pastel con las dos manos".

Solomon de la Corporación Castlerock.

Él sería el siguiente de la lista.

Andrius sonrió y dijo, "No se preocupen, los días de la Corporación Castlerock también están numerados".

"Jefe...". Frank El Gordo miró a Andrius y le preguntó, "¿Recibió algún tipo de noticia secreta o algo parecido?".

Pasó algún tiempo desde la inauguración y el Rey Lobo aún no lo buscó.

Tal vez era pura coincidencia que se encargaran de los Henderson y los Hanshus. Solomon no podía estar seguro.

Algunos pensamientos más tarde, se animó y marcó un número en su celular.

La llamada entró.

"Señor...".

Solomon estaba junto a la ventana con la cabeza agachada, su voz sonaba reverenciada y asustada. "La misión fracasó. Necesito tu apoyo".

"¿Ni siquiera puedes completar tu misión? Basura inútil". Una voz fría llegó desde el otro extremo de la llamada.

A Solomon se le encogió el cuello. Parecía tímido como una niña pequeña y no se atrevió a decir una palabra.

"Estoy en Sumeria. Trae tu trasero aquí, ¡ahora mismo!".