La Esposa de Lobo romance Capítulo 244

"Apúrate y fírmalo".

Mientras Jimmy hablaba, empujó la confesión hacia Andrius.

Andrius ni siquiera miró a Jimmy. Sacó otro puro militar y se lo fumó como si no escucho nada.

Jimmy de repente estalló en ira y se adelantó para arrebatarle el puro. "Hijo de... ¿Quién te dejó fumar...?".

¡Una bofetada!

Andrius balanceó la mano y abofeteó la cara de Jimmy.

Jimmy estaba furioso y señaló a Andrius. "Pedazo de...".

Antes de que pudiera terminar, Andrius se acercó y agarró a Jimmy.

¡Una bofetada!

¡Golpe, golpe, golpe!

Golpe, golpe, golpe, golpe...

Andrius usó sus dos manos para abofetear a Jimmy.

La cara de Jimmy se hinchó, y sus dientes también se hundieron.

Después de eso, Andrius se levantó lentamente y salió de la estación de policía.

¡Bum!

¡Bum, bum, bum!

De repente se escuchó un ruido ensordecedor afuera. No era un trueno. ¡Era mucho más fuerte que eso!

¡Eran pasos!

Las innumerables pisadas eran como el galope de miles de caballos. Era como el correr de enormes olas, haciendo temblar los corazones de las personas.

Noir y Severus llegaron con tropas.

Jimmy, que perseguía a Andrius, vio esta escena y se emocionó tanto que rompió a llorar. Apresuradamente corrió hacia Severus y acusó a Andrius con la cara cubierta de mocos y lágrimas, "¡Señor, llega justo a tiempo!

¿Cómo... cómo podía ser?

Sin embargo, la verdad estaba justo delante de él y no podía ser falsa.

En un instante, Jimmy se asustó y se postró ante Andrius. "Rey Lobo, fue Carson Miller quien me ordenó...".

¡Bang!

Andrius no se molestó en escuchar y simplemente acabó con él de un balazo.

Luego, señaló el cadáver de Jimmy y le dijo a Severus, "Preparale un pago de gratificación por su muerte. Redacta el informe y yo lo aprobaré".

"¡Sí, señor!", respondió Severus de inmediato.

Noir se acercó y preguntó, "Andy, ¿quieres que ahora vaya a hacerle una visita a Carson Miller y a los Miller en la capital?".

"No hace falta". Andrius hizo un gesto con la mano y sonrió fríamente. "Ya que les gusta pelear, que peleen unos días más. Dejaremos que coman hasta hartarse y que engorden. Luego...".

"¡Cuando estén en su punto más complaciente, haremos que vomiten todo el doble!".