La Esposa de Lobo romance Capítulo 266

¡Finalmente ha llegado!

Wendy esperaba este momento desde hace tiempo. El momento que cambiaría su vida para siempre por fin había llegado.

Respiró profundo y se alejó del grupo de reporteros.

"Disculpen. ¡Gracias!", anunció Wendy en voz alta. Quería que todo el mundo la escuchara porque era la que iba a hacer la entrevista exclusiva con el Rey Lobo.

Los otros estaban celosos y envidiosos, pero no podían hacer nada al respecto. Después de todo, era ella quien iba a subir al escenario para entrevistar al Rey Lobo.

Momentos después, Wendy subió elegantemente al escenario.

Al acercarse al centro, vio al Rey Lobo, pero se sintió extraña. Cuanto más lo miraba, más se parecía a Andrius.

¡Imposible! ¿Cómo era posible?

Wendy sacudió la cabeza y despejó los pensamientos escandalosos de su mente.

Andrius solo era un hombre de las montañas. No era posible que fuera el Rey Lobo.

Wendy pensó que su nerviosismo la hizo alucinar. Volvió a respirar profundo y siguió adelante con elegancia. Se fue acercando.

Wendy estaba ya a diez metros del Rey Lobo.

Esta vez, pudo ver claramente al Rey Lobo: era precisamente Andrius, de quien se burló antes.

¡Pum!

Era como si un rayo cayera sobre su cabeza, mareándola y aturdiéndola. Su mente se quedó en blanco.

¡Andrius era el Rey Lobo!

Wendy deseaba que fuera falso, pero Andrius estaba junto a Severus, el nuevo gobernador militar.

¡Era real!

¡Andrius era el verdadero Rey Lobo!

¡El único!

Estaba condenada. Todo terminó para ella.

Sin embargo, una voz familiar llegó a su oído en cuanto recuperó la conciencia.

"Wendy, ¿me recuerdas?".

¡Era Andrius!

O más bien, el Rey Lobo, ¡el comandante de un millón de Licántropos en el Frente Occidental!

"R-Rey Lobo... ".

Wendy se mojó las bragas mientras se arrodillaba frente a Andrius. "Snif... No fui yo. No, no fui yo... Lo siento".

El miedo la hizo tartamudear. Tenía que tomarse un tiempo para ordenar sus palabras en una oración adecuada.

"No quise acusarlo. ¡Fue Carson Miller! Fue él. Él me ordenó que lo acusara... ¡Él me ordenó que editará esos vídeos! ¡Fue todo él!".

Wendy lloró y suplicó como si se aferrara a la última esperanza. "Por favor, perdóneme. Me comportaré bien de ahora en adelante".

Se inclinó repetidamente en el suelo y su frente se enrojeció después de un par de veces. Su cara también estaba sucia. Parecía miserable y lamentable mientras seguía suplicando por su vida.