La Esposa de Lobo romance Capítulo 284

Uno era habilidoso, pero a la vez era sencillo e introvertido.

El otro era necio y solo sabía presumir. Eran completamente opuestos el uno del otro.

¿Cómo podrían ser la misma persona?

Luna suspiró.

En su mente, las dos figuras eventualmente no podían sobreponerse una sobre la otra y se separaban lentamente. Una volaba a las nubes, mientras que la otra caía entre el mar de personas.

Tras pensar en ello, Luna se sintió aliviada.

El Rey Lobo era un hombre que estaba en la cima de Sumeria e incluso del mundo. ¿Cómo podría rebajarse tanto como para ir con los Crestfall para convertirse en su esposo?

Era imposible.

Belarus miró el cambio en la mirada de su hija y la consoló diciéndole: “Luna, Andrius no es tan malo. No tienes que sentirte decepcionada”.

“El Rey Lobo es poderoso, pero puede que no sea compatible contigo. Sin embargo, Andrius está hecho de carne y hueso. ¡Creo que es una buena pareja para ti!”.

Luna no sabía cómo responder a esto, por lo que solo tarareó en respuesta.

“Los Crestfall de la capital y los Miller fueron destruidos por el Rey Lobo. Esto dejará un gran vacío en el mercado del Dominio del Sureste.

Los ojos de Belarus brillaron con sabiduría. “Esta es una gran oportunidad. Nuestra familia debe usar esta oportunidad para desarrollar la Corporación Luna Nueva”.

“Lo sé, abuelo”. Luna respiró profundo, dejó de lado aquellos pensamientos y asintió con fuerza.

El Rey Lobo…

Él estaba muy lejos. Era irrealista.

Ella no se permitiría tener pensamientos así de locos en el futuro. Sería fácil cometer errores tontos si se ilusionaba demasiado.

En su lugar, debería pensar en cómo desarrollar la Corporación Luna Nueva, cómo restaurar el prestigio de la familia Crestfall y cómo proteger a su familia.

Las personas se fueron del recinto una tras otra.

“¡Claro!”. Andrius se sentó con una sonrisa.

A Andrius se le daba bien el ajedrez.

Con las piezas blancas, comenzó con un e4. Este era un clásico movimiento para iniciar los juegos. Era también una muestra de respeto para su oponente.

“Veo que conoces algunos trucos, Andrius…”. Belarus sonrió mientras veía los movimientos desarrollarse.

El juego continuó, y las piezas fueron tomadas.

Luna no entendía de ajedrez, por lo que les sirvió una taza de té a los dos.

Belarus pensó sobre su siguiente movimiento mientras preguntaba: “Andrius, ¿cómo te llevas con Luna recientemente? Ella es un poco testaruda. ¿Te ha puesto las cosas difíciles?”.

“No”, negó Andrius y miró a Luna, quien estaba a su lado. Entonces dijo con una sonrisa: “¡Nos llevamos muy bien!”.

“¿Oh?”. Belarus levantó la mirada y miró el vientre de Luna mientras preguntaba: “Los dos han estado viviendo juntos por un largo tiempo… ¿Ha habido algún cambio del que deba enterarme?”.