La Esposa de Lobo romance Capítulo 291

¡Paf!

¡Paf! ¡Paf!

¡Paf, paf, paf!

Andrius abofeteó a Longman varias veces y resopló. “Este no es tu país, así que no seas tan arrogante. ¡Lo que necesitas es una paliza!”.

“¡M*erda!”.

Longman estaba acostumbrado a hacer lo que le daba la gana, por lo que inmediatamente después de ser golpeado por Andrius, perdió la cabeza por la rabia y se levantó para contraatacar.

Los que venían con él también se crujieron los nudillos.

¡Fiu, fiu, fiu!

En ese momento, un grupo de personas apareció y le dio una paliza a Longman y a su séquito.

El grupo de Longman llamó a sus mamis y papis. Habían quedado llenos de moretones.

Las personas que habían aparecido eran el Gordo Frank, Angel y los otros miembros del Equipo Cinco.

Mientras golpeaban a Longman y su séquito, el Equipo Cinco también les enseñó una lección: “¡No, j*dete! Será mejor que cuides lo que dices”.

“¿Cómo te atreves a ser tan arrogante?”.

“Eres solo un perro. ¿Crees que eres superior solo porque eres poderoso?”.

“¿Cómo te atreves a golpear una mesa de la Corporación Luna Nueva? ¿Quién te crees que eres?”.

El Equipo Cinco solo se sintió mucho mejor después de darles esa paliza.

Longman se esforzó por levantarse y se fue cojeando del lugar. Cuando llegó a la puerta, no se olvidó de mirar atrás y dijo con rencor: “¡Luna Crestfall, recordaré esto!”.

Tras decir esto, se retiró sin ánimos.

Andrius se sintió de buen humor después de darles esa paliza.

Sin embargo, Luna se sentía adormecida.

“Ahora que lo golpearon, la Corporación Luna Nueva y Simon-Took son enemigos”.

Una mirada feroz apareció en los ojos de Longman al escuchar la sugerencia. Tenía sentido.

La secretaria continuó: “Según la información actual, la mejor amiga de Luna es Halle Fullberry. Ella es la presidenta del Grupo Fullberry. ¿Por qué no comenzamos con ella?”.

“No solo entristeceremos a Luna, sino que seremos capaces de absorber estas pequeñas compañías para fortalecer a Simon-Tooke…”.

Los ojos de Longman se iluminaron ante estas palabras.

“¡Esa es una gran idea!”. Longman pensó que era factible y ordenó: “Te dejaré este asunto a ti. Investiga a Halle Fullberry primero. Ve”.

Tras decir esto, le dio una ruidosa palmada en el trasero a su secretaria.

“Oh…”. El cuerpo de la secretaria tembló mientras dejaba salir un gemido y meneó el trasero antes de ponerse a trabajar.

Poco después, ella regresó con una pila de documentos.

“Aquí tiene la información de Halle Fullberry, señor”.

Longman tomó los papeles y los revisó.