La Esposa de Lobo romance Capítulo 311

La confirmación de Sonia sonó como un trueno en los oídos de Rainbow e hizo que su cabeza zumbara sin cesar.

Ella era una fanática de las cosas militares y de los soldados.

De todos sus ídolos, el Rey Lobo de la Línea del Frente Occidental era el más fuerte, y tan solo su nombre y el de los Licántropos era suficiente para espantar a los enemigos. El Rey Lobo era el héroe de los héroes, el Dios de la Guerra de los dioses de la guerra, y ella era quien más lo idolatraba y admiraba.

¡Y ese día se había enterado de que Andrius, su primo político, era el Rey Lobo que lideraba a un millón de Licántropos!

¡Era increíble!

Sonia lo había confirmado y ella lo había escuchado con sus propios oídos. De no ser por eso, no lo habría creído.

“Andrius, el Rey Lobo… El Rey Lobo, Andrius…”. Rainbow negó con la cabeza una y otra vez mientras murmuraba como una fan deslumbrada.

Ella recordó de inmediato los múltiples acontecimientos del pasado.

Cuando llegó a Sumeria para continuar sus estudios, después de que Andrius le lanzara una mirada, Noir había accedido a hacerse una foto con ella. Incluso había posado varias veces para que ella sacara el mejor ángulo.

Después de eso, Andrius incluso le había dicho que se pusiera en contacto con él si alguna vez quería otra sesión de fotos.

¡Era una indirecta evidente!

Más temprano, en la entrada de la Corporación Luna Nueva, cuando ella le dijo a Andrius que prefería trabajar en Empresa Celeste y que deseaba conocer al jefe, el Rey Lobo, una vez empezara a trabajar, él la había mirado de una forma extraña.

De seguro se había aguantado la risa.

Las palabras y acciones de Andrius habían revelado indicios de su verdadera identidad, pero Rainbow era demasiado ingenua y simple para captarlos.

Afortunadamente, no era demasiado tarde para conocer la verdad.

¡Su primo político era el Rey Lobo!

Ella entonces sacó su teléfono y le sacó fotos a Andrius.

¡Clic! ¡Clic! ¡Clic!

Ella tomó fotos de él desde todos los ángulos y capturó cada expresión en su rostro y cada pose que hacía.

Andrius no sabía qué decir, pero no tenía el corazón para interrumpir la emoción de la chica, así que le siguió el juego, esperando que la mini sesión de fotos terminara pronto.

“Andrius, ¡no sabes lo mucho que te admiro!”, dijo Rainbow con entusiasmo mientras seguía sacándole fotos.

“Debo tomar tantas fotos como pueda. ¡Serán los tesoros de los que más orgullosa me sentiré! ¡Tengo una foto del Rey Lobo! ¿Me pregunto cuántas personas sentirán envidia de mí si se las muestro?”.

La sonrisa de Rainbow se amplió mientras continuaba sacando fotos.