La Esposa de Lobo romance Capítulo 324

“Mm-mmm”.

Después de salir de la oficina, Andrius tomó la bicicleta eléctrica y fue a la clínica del doctor Artemis.

Sin embargo, tras llegar, la clínica estaba hecha un desastre. Las mesas, las sillas y las estanterías estaban destrozadas.

El doctor Artemis, Lyra, el Gordo Frank, Angel y los otros miembros del Equipo Cinco no estaban en ningún lado.

Andrius tenía un mal presentimiento. Fue entonces que notó una línea de palabras torcidas, escritas con sangre que aún no se había secado por completo, en la mesa.

“Vándalo, si quieres salvarlos, ven a la fábrica abandonada en los suburbios del oeste. ¡No llegues tarde!”.

La expresión de Andrius se volvió siniestra.

Andrius fue el que había castigado un poco a Louis la noche anterior, pero el c*brón había ido a por el Gordo Frank y los demás en su lugar. Incluso el doctor Artemis y Lyra quedaron atrapados en el conflicto.

Él se subió de inmediato a su bicicleta eléctrica y se dirigió al lugar.

En una fábrica abandonada de los suburbios del oeste, el Gordo Frank, Angel y los demás del Equipo Cinco estaban atados en sillas; el doctor Artemis también estaba atado.

El Gordo Frank y los demás, que todavía estaban recuperándose, tenían heridas nuevas. Ni una sola parte de su cuerpo permanecía ilesa.

Dos extranjeros musculosos obligaron a Lyra a sentarse.

Louis se puso de pie frente a ella, evaluándola con una mirada pervertida.

“Chica…”.

Louis se sintió excitado por su apariencia adorable. Él levantó la barbilla de la mujer mientras sus ojos azules la miraban con nada más que deseo y lujuria. “Eres bastante atractiva. ¿Por qué no me acompañas esta noche? Hazme feliz y…”.

¡Fuap!

Antes de que Louis pudiera terminar, Lyra escupió en el rostro del hombre y gritó: “¡Quítame las manos de encima, pedazo de mi*rda extranjera! ¡Sufrirás cuando Andy llegue!”.

Lyra estaba horrorizada.

Puede que Andrius fuera buen peleador, pero sus oponentes lo superaban en números. No había forma de que pudiera ganar cuando estaba en una desventaja tan abrumadora.

“Entonces…”. Louis se acercó a Lyra y coqueteó con ella de nuevo: “Linda, creo que deberías seguirme. No hay nada que tu Andy pueda hacer, incluso si aparece”.

Él intentó poner una mano en el hombro de Lyra.

Fue entonces cuando un fuerte golpe se escuchó en la entrada, seguido por una puerta de metal pesado cayendo al suelo.

Una nube de polvo se levantó tras el fuerte y sordo ruido de la puerta cayendo al suelo.

Detrás de la entrada polvorienta, una figura alta apareció.

¡Se trataba de Andrius!