Resumo de Capítulo 405 – La Esposa de Lobo por Internet
Em Capítulo 405, um capítulo marcante do aclamado romance de Urbano La Esposa de Lobo, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de La Esposa de Lobo.
”Tú, tú…”. Jane, con la cara pálida, señaló con un dedo tembloroso a Stephen. “¡¿Q-qué significa esto?!”.
¿Ataudes en su cumpleaños?
¡Esto era más una maldición que un regalo!
Stephen sonrió y explicó: “Oh, no es nada. ¡Solo quiero que los Conery desaparezcan por completo del estado de Río Este!”.
Jane, con miedo por estar en desventaja numérica, preguntó: “¿Por qué te metes con mi familia?”.
“Deberías preguntarle a esos dos”. Stephen entrecerró los ojos con una mirada violenta mientras señalaba a Andrius y a Luna.
Jane se sorprendió, pero su expresión se tornó lúgubre justo después mientras bramaba: “Luna, Andrius, ¿qué hicieron para hacer enojar a este hombre?”.
Andrius señaló al yinsén del rey salvaje que estaba en el suelo y dijo: “Él intentó pujar contra el Rey Lobo en la subasta de ayer”.
Sus palabras sorprendieron a todos los Conery.
“¿Pujó por el yinsén del rey salvaje?”.
“¿Entonces el yinsén es real?”.
“¡¿Luna de verdad obtuvo el yinsén del rey salvaje por el que se pagó 500 millones?!”.
Sin embargo, la sorpresa pronto fue sustituida por la ira, porque el yinsén del rey salvaje no había curado a Jane de su enfermedad ni la mantuvo sana. Por el contrario, ¡le había traído desgracia a su familia!
“¡Andrius! ¡¿Por qué lo hiciste enojar?!”.
“¿De qué sirve este yinsén del rey salvaje? ¡Puede que sea caro, pero no tiene utilidad alguna! ¡Si lo quiere, dáselo y ya! Mira lo que has hecho”.
“¡Eres un cavernícola estúpido que solo causa problemas!”.
“¡Eres una maldición! ¡Le causaste problemas a los Crestfall y ahora nos los causas a nosotros!”.
“Andrius…”.
Nadie le mostró compasión a Andrius.
Luna lo defendió: “Esto no tiene nada que ver con Andrius. El Rey Lobo ganó la subasta y nos dio el yinsén, pero este hombre es un tacaño y se rehúsa a aceptar que perdió. ¡Es por eso que está aquí!”.
Stephen se rio, pues le parecieron graciosas las palabras de Luna.
Él la miró y se burló: “Debes estar soñando, muchacha. ¿Estás metiendo al Rey Lobo en esto solo porque sí? ¿En serio crees que puedes asustarme al mencionar el nombre del Rey Lobo? ¡De ninguna manera!”.
Aunque la última escena que había ocurrido el día anterior parecía extraña, según su experiencia, Stephen pensaba que era imposible que el Rey Lobo hubiera estado allí para ganar la subasta solo para darles el yinsén del rey salvaje a estos dos.
¿Por qué el honorable Rey Lobo haría algo tan tonto?
“Así es, ¿por qué deberíamos resolver sus problemas?”.
“¡Resuelvan sus propios problemas!”.
“¡Se lo buscaron!”.
Nadie ayudó ni intentó defender a Andrius y Luna.
Stephen sonrió satisfecho cuando vio que la familia daba la espalda a Luna y Andrius.
“Vándalo, te la pasaste bien aumentando el precio ayer. Apuesto a que nunca te imaginaste que no serías capaz de lidiar con las consecuencias”.
Tan pronto como terminó de decir esto, se escuchó una risa imprudente.
Pfft.
Era Rainbow, quien no había sido capaz de aguantar la risa.
Stephen entrecerró los ojos, pero antes de que pudiera gritarle a la joven, Andrius dijo: “Viejo, si quieres correr, hazlo ahora. Es tu última oportunidad”.
Stephen fulminó con una mirada fría a Andrius. “¡Nadie en el estado de Río Este tiene las agallas para detenerme!”.
“¿En serio?”, dijo una voz fuerte y profunda. “¿Qué hay de mí?”.
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