La Esposa de Lobo romance Capítulo 452

Las cosas se le fueron de las manos.

Los tres entraron en la habitación y se pusieron detrás de Andrius.

Cuando todos llegaron, se inclinaron 90 grados ante Andrius y gritaron respetuosamente: "¡Rey Lobo!".

¡¿Rey Lobo?!

¡Rey Lobo!

¡¿Andrius era el Rey Lobo?!

Como si le hubiera golpeado un rayo, la cabeza de Timothy empezó a sentirse pesada. Si no se hubiera agarrado a su escritorio, se habría caído al suelo.

El nombre de Rey Lobo resonaba y zumbaba en su cabeza.

¡Andrius era de verdad el Rey Lobo!

"¿Qué dijiste? ¿Quieres que el Rey Lobo se arrodille y te suplique?".

Noir era naturalmente moreno, así que cuando se enfadaba, su piel oscura lo hacía ver más intimidante.

El corazón de Timothy dio un vuelco. Tenía que asumir las consecuencias de sus acciones.

Antes de que Noir se callara, Marcus continuó: "¿Dijiste que el Rey Lobo decía tonterías?".

Marcus también tenía una expresión sombría. Estaba enojado porque un idiota que insultaba al Rey Lobo existía en la ciudad que él gobernaba.

"Yo...". La expresión de Timothy se volvió amarga. Tembló de miedo y casi pierde el equilibrio.

"Incluso dijiste...". Severus miró fijamente a Timothy, con una pizca de maldad brillando en sus ojos saltones y llenos de ira. "¿Dijiste que el Rey Lobo es un idiota?".

"Yo... yo...". Timothy se ahogó de miedo.

Timothy no se atrevió a ocultarle la verdad a Andrius, o más bien, al Rey Lobo. Reveló todo lo que sabía y en lo que participó.

"Siempre debería haber una competencia justa en los negocios, y aun así resuelves con un truco tan sucio. ¡Yo, Marik Hector, no toleraré este acto espantoso! ¡Serás castigado!".

La expresión de Marcus también se volvió amarga. "Timothy Kerr, te dejé expandir tu negocio aquí en Sumeria por tu experiencia en la capital, pero eres de corazón oscuro. Tergiversaste la verdad y te dejaste llevar por trucos sucios para deshacerte de tu competencia. ¿De verdad crees que puedes desobedecer la ley aquí en Sumeria?".

El grupo de hombres lo interrogó uno por uno, aplastando la última pizca de esperanza que Timothy tenía en la cabeza.

Timothy fue empujado al borde de la desesperación a medida que las preguntas le llovían. Lo único que pudo hacer fue inclinarse sin parar.

"Yo... Gobernador Militar, Señor Alcalde... ¡Estaba ciego, era tonto! ¡No pensaba bien! Por favor, denme la oportunidad de...". Timothy seguía inclinándose y golpeándose la cabeza.

Tenía la frente hinchada y las piernas mojadas porque se había meado encima, pero no se atrevía a parar.

"Basta". Andrius se hartó del acobardamiento de Timothy. Dijo fríamente: "Convoca una conferencia de prensa dentro de una hora y explica lo hiciste. Dona la mitad de los bienes de los Kerr antes de la medianoche de hoy".