La Esposa de Lobo romance Capítulo 46

Solomon estalló en carcajadas al oír a Andrius. "Los Crestfall ni cumplen los requisitos para unirse al gremio ni merecen estar aquí, y sin embargo tú, el yerno, ¿te atreves a hablar tan descaradamente?".

"Muy bien. Espero que recuerde su actitud y su tono esta noche, Señor Stormbrew". Andrius se unió entonces a Harry y Luna en la mesa.

"Oh, lo haré". Solomon miró despectivamente a Andrius. Luego levantó la voz y dijo: "Yerno de los Crestfall, esas son palabras valientes las que dices".

"¡Jajaja!".

"Los Crestfall no están en el gremio. Deberían estar agradecidos de hasta sentarse junto a la puerta".

"El yerno de los Crestfall es mejor que sea guardia de seguridad, y sentarse en la puerta es el lugar que le corresponde".

Los otros invitados se hicieron eco y ridiculizaron a Andrius.

Harry se puso furioso al oír las burlas. "¡Andrius, deja de decir tonterías! ¿Quién te dio permiso para hablar?".

Solomon les había pedido que trajeran a Andrius solo para que pudiera insultar a su familia, pero Andrius cayó directamente en la trampa y no solo se avergonzó a sí mismo, sino también a los Crestfall.

Harry odiaba a Solomon y también resentía a Andrius. Si su yerno fuera alguna figura poderosa e influyente, no tendría que soportar los insultos de Solomon.

Luna también estaba molesta. Miró a Andrius con odio y le dijo: "Cállate y quédate quieto".

Andrius se quedó sin palabras. No había dicho nada malo. Aparte de su verdadera identidad como Rey Lobo, salvar la vida de Alfredo sería más que suficiente para que el hombre lo tratara como a un invitado VIP.

Sin embargo, no quería discutir con el padre y la hija, así que se limitó a cerrar la boca y dar un sorbo a su taza de té.

Unos diez minutos después, Alfred llegó rodeado de un grupo de hombres.

Mientras entraba en la sala de banquetes, la gran multitud se junto para saludarlo y de alguna manera bloqueó su visión de la entrada, haciendo que no viera a Andrius en la mesa junto a la entrada.

Harry y Luna intentaron acercarse a él, pero ni siquiera pudieron hacerlo por la gran multitud. Decepcionados, regresaron a su mesa de la entrada.

Harry suspiró. "Supongo que solo podremos conocer al Maestro Hempton cuando pase por las mesas".

Alfred entró en la sala con una enorme multitud a su alrededor.