La Esposa de Lobo romance Capítulo 475

Andrius también se rio.

Los ocho grandes comandantes de los Licántropos habían pasado por el infierno y las aguas altas con él más de una docena de veces. Cada uno de ellos tenía una voluntad de hierro y un temple tan fuerte como una montaña.

Eran orgullosos y arrogantes. Eran muy persistentes.

Si el Segundo Dios de la Guerra pudiera conquistarlos tan fácilmente, Andrius tendría que cambiar su título de Rey Lobo por el de Cachorro Lobo.

Noir continuó: “Por cierto, el Segundo Dios de la Guerra abolió todas las reglas que estableciste e implementó sus propias reglas. Él quiere establecer un nuevo sistema entre los Licántropos”.

“Sin embargo, los ocho grandes comandantes y todos los soldados de los Licántropos se rehusaron a escucharlo. Ellos siguen las reglas que estableciste antes”. El tono de Noir era un tanto burlón mientras le informaba de lo ocurrido a Andrius: “¡Escuché que el Segundo Dios de la Guerra se enojó tanto que terminó hospitalizado!”.

Andrius no pudo evitar reírse.

Una vez que una persona había probado manjares, le resultaba difícil volver a comer sobras.

Esto no quería decir que el Segundo Dios de la Guerra no fuera digno de su nombre.

Sin embargo, los Licántropos estaban acostumbrados a un liderazgo excelente y se exigían mucho a sí mismos, por lo que era normal que despreciaran al Segundo Dios de la Guerra.

“Sigue prestando atención a los Licántropos. Además… Infórmales que le brinden todos sus servicios al Grupo Ojo de Halcón siempre y cuando no vaya en contra de los intereses de los Licántropos y Florencia. El Grupo Ojo de Halcón puede ser de mucha ayuda para encontrar la verdad de lo ocurrido ese año”.

Noir respondió en un tono solemne: “¡Sí!”.

“Además, envíame información detallada sobre los participantes más importantes en la Gran Competencia Médica, los 10 mejores en la clasificación celestial y los 20 mejores en las clasificaciones mundiales”.

La Gran Competencia Médica estaba a la vuelta de la esquina.

Como dice el dicho: Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en ninguna batalla saldrás derrotado.

Aunque Andrius recibió las enseñanzas del viejo Hagstorm y siempre mantenía un perfil bajo en Florencia, no podía tomarse este asunto a la ligera. Tenía que prepararse seriamente por adelantado.

“Sí, me pondré en ello ahora”.

Poco después de terminar la llamada, Andrius recibió un correo electrónico, al cual le echó un breve vistazo.