La Esposa de Lobo romance Capítulo 566

Algunos habían perdido un brazo, otros cojeaban y otros llevaban vendas en la frente. Parecían ser un grupo de heridos.

Estaban armados con tubos de metal, palas y otros equipos agrícolas, lo que les hacía parecer más bien una muchedumbre enojada, pero tenían miradas serias y parecían decididos. Eran los soldados veteranos que se ofrecieron como voluntarios en el Instituto Valiente.

Andrius los protegió a ellos y al Instituto Valiente, pero se convirtió en objetivo de los Sunners. Al enterarse de la noticia, se agruparon para apoyar a Andrius.

"Señor Moonshade, lo sentimos mucho. Acabamos de recibir la noticia. ¿Llegamos tarde? Por favor, no se enoje con nosotros", dijo el líder del grupo con una sonrisa tonta.

Andrius los miró.

Todos los veteranos parecían ansiosos y honrados. Incluso podía ver su propio reflejo en sus ojos apasionados.

¡Qué adorables!

Andrius sintió calidez en su corazón. No estoy enojado. ¿Cómo podría enojarme con ustedes?".

Los veteranos sonrieron. Luego, se pararon delante de Andrius con sus armas improvisadas y miraron a Sunny y a sus hombres cautelosamente.

Belarus miró a los veteranos con pensamientos profundos.

Luna miró a Andrius sorprendida. No esperaba que fuera tan influyente.

"¡Jajaja!". Sunny se rio a carcajadas cuando vio a un grupo de soldados inválidos. Fue despectivo e irrespetuoso.

Luego, señaló a los veteranos con arrogancia y los ridiculizó: "Andrius Moonshade, ¿estos son tus refuerzos y apoyo? Si es así, ya puedes elegir tu ataúd. ¿Quieres uno deslizante o uno que se gire? Jajaja...".

Sunny volvió a reír a carcajadas.

En medio de su risa despectiva, una figura sombría apareció ante todos.

La escuálida figura encorvó ligeramente la espalda, pero sus ojos brillaron en verde. Era el Tigre Esmeralda, ¡Simon Barn!

¡Crac!

Apenas aterrizó, el cemento bajo sus pies se agrietó y se extendió rápidamente hacia fuera.

En un abrir y cerrar de ojos, todo el suelo de cemento se agrietó. Intensas intenciones asesinas barrieron el lugar como un huracán. Era tan sofocante que a los veteranos les costaba respirar.

"¡E-es Simon Barn, el Tigre Esmeralda!", uno de los Crestfalls más jóvenes reconoció al hombre y gritó de miedo.

"¿Q-qué? ¿Simon Barn?".

"¿El famoso asesino que masacró a todos los Lowes en una noche? ¿El malvado asesino que ni siquiera perdonó a los ancianos y a los jóvenes?".

"¡Es él! Escuché que el asesino les arrancó el corazón a todos los Lowes. ¡Luego los corazones fueron colocados en el suelo para deletrear su nombre!".

"¡Estamos acabados! ¡Estamos perdidos!".

"¡No quiero morir!".

"¡Estamos condenados!".

Cuando los Crestfalls escucharon el nombre, sus rostros palidecieron, y las mujeres y los más jóvenes empezaron a llorar como si escucharon la llamada de la Muerte.

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