La Esposa de Lobo romance Capítulo 59

Andrius fue al Jardín Real para ver cómo estaba Halle y decirle que se fuera a casa.

Cuando abrió la puerta, vio a Halle caminando por el patio. "Te has levantado temprano después de una noche pesada".

"¿Andrius? ¿Me enviaste aquí anoche?". Preguntó Halle al ver a Andrius.

"¿Quién más podría ser?". Andrius puso los ojos en blanco. Molesto, añadió: "Si no puedes beber, no bebas tanto".

Halle se sorprendió. "¿Eres el dueño del Jardín Real?".

Andrius respondió con indiferencia: "Alguien me lo regaló".

¡Guau!

El Jardín Real era la propiedad más grande y lujosa de Sumeria. Un hombre rico de la capital lo compró una vez terminado, ¿pero luego se lo dieron a Andrius?

Se decía que su construcción había costado diez mil millones.

El patrimonio neto combinado de los Fullberry y de la Corporación Luna Nueva no llegaba ni a la décima parte del costo del Jardín Real.

Al ver el asombro en el rostro de Halle, Andrius le dijo: "Ya que estás despierta, vete a casa. Tengo que volver al trabajo o Luna me castigará de nuevo".

"Andrius, ¿puedo hacer un recorrido...".

"¡Vete a casa!".

Andrius la arrastró fuera de la puerta y la echó.

Halle estaba molesta. Refunfuñó: "¿Dónde están tus modales? No me extraña que todo el mundo te llame pobre tipo del campo".

Andrius la ignoró y se dirigió al trabajo.

Cuando llegó a su departamento, el Gordo Frank no estaba.

Andrius llegó a su puesto de trabajo y preguntó: "¿Dónde está el Gordo Frank?".

Angel le trajo una taza de té y le dijo: "Frank se fue a una reunión".

"No es difícil. Solo hay que pagar generosamente a los ocupantes y se irán", dijo Andrius sin mostrarse demasiado preocupado.

"Jefe, no tiene ni idea". El Gordo Frank explicó: "El terreno en el que se está construyendo el Instituto Valiant está casi despejado, excepto por una fábrica. El dueño de la fábrica, Connor Rogers, no es alguien a quien le guste hablar. Aceptó nuestro depósito, pero se niega a trasladarse. No puedo tratar con él solo".

Andrius supo lo que pasaba después de escuchar la explicación del Gordo Frank.

El hombre conocido como Connor Rogers era un capullo desvergonzado. Había cobrado la fianza de la empresa pero se negaba a mudarse.

Andrius preguntó tras un suspiro: "Si no puedes resolver este problema, ¿por qué aceptaste la tarea?".

"Jefe, yo no lo pedí. Me vi obligado a aceptarla".

Los ojos del Gordo Frank se pusieron llorosos. "Alguien en la reunión sugirió disolver el Equipo Cinco. Luna sugirió entonces que aceptáramos esta tarea para evitar la disolución".

Andrius finalmente supo la verdad detrás de la petición del Gordo Frank. Como el Gordo Frank le llamaba jefe, no podía dejar morir al Equipo Cinco.

Con eso, Andrius asintió, "De acuerdo. Iré contigo".