Capítulo 412
La tripulación de guardaespaldas estaba en formación, cortando todas las vías de escape.
Incluso si Sylvia pudiera mantenerse en pie, no tenía adónde correr.
Se dejó caer al suelo y miró a la figura que se paró frente a ella.
Odell bajó la cabeza con una mirada hostil en sus ojos mientras la miraba con condescendencia.
Sylvia estaba tan preocupada como perpleja. Ella tuvo que preguntar: "Odell, ¿cómo lo supiste?"
Había tomado medidas para asegurarse de que él no se enterara de que ella había llamado a Sherry cuando él estaba dormido.
Odell se acercó y se puso en cuclillas frente a ella, sus dedos largos y delgados le pellizcaron las mejillas. "Estaba despierto cuando me robaste el teléfono ayer por la tarde para llamarla".
Sylvia de repente se sintió increíblemente enfadada.
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Solo estaba fingiendo estar dormido!
¡Qué idiota!
Sylvia maldijo en su mente y luego le dijo: “No estoy tratando de escapar. Solo iba a ir al resort para buscar los detalles de sus miembros porque necesito averiguar quién lastimó a la abuela”.
Odell curvó los labios en una mueca desdeñosa. "¿Crees que te creeré ahora?"
¿Cómo se atrevía a mentirle otra vez?
Además, esta no era la primera vez que le robaba el teléfono para contactar a la gente de fuera.
"Déjame adivinar cuándo robaste mi teléfono por primera vez para contactar al mundo exterior". Agarró ambos lados de su cara con la palma de la mano y comenzó a especular. “¿Fue hace dos días cuando estaba dormido o fue la semana pasada cuando de repente admitiste tus malas acciones y me disculpaste, diciéndome que no me fuera? ¿Cuando me pediste que dejara de usarte como una herramienta y que compensarías tus errores?
A medida que avanzaba, su voz se volvió más áspera y aplicó más fuerza a su agarre.
Sylvia hizo una mueca de dolor. "Odell, no fue mi intención mentirte".
"Je". Se burló. “Entonces, todo este tiempo, que tomaste la iniciativa para complacerme y todo eso de querer compensar tus errores y que te dedicarías a mí fue solo un montón de mentiras, ¿verdad?”
Tenía tanto dolor que apenas podía formar una oración. "Yo... yo solo quería saber quién estaba detrás de lo que le pasó a la abuela".
“Sylvia, ¿te parezco un idiota? ”
De repente gritó, apretando aún más su agarre.
Ella gimió de dolor, sus lágrimas cayeron contra su voluntad.
Dolor.
Ella estaba en agonía.
¡Iba a aplastarle el cráneo!
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