La Heredera Inesperada romance Capítulo 23

Yolanda acercó el teléfono a su oído, escuchando la voz profunda y magnética del hombre.

"Mi abuelo tiene un problema, necesito que vengas."

Ella estaba un poco confundida, parecía que el Sr. Fernando estaba bien ayer.

¿Qué problema tenía?

"¿Dónde estás ahora?" La voz de Ramón era tan profunda y encantadora como un violonchelo, "Voy a recogerte".

"Entonces, ven a la Iglesia San Miguel en las afueras de la ciudad".

La Iglesia San Miguel no estaba lejos de la mansión, si Yolanda tomaba el camino corto, llegaría en unos minutos.

Ramón estaba un poco sorprendido: "¿Estás en las afueras?"

"Sí."

La Iglesia San Miguel era un edificio antiguo dejado desde los años ochenta, ya no había fieles que fuesen a rezar allí, estaba llena de maleza, ¿qué estaba haciendo una chica allí?

Después de colgar el teléfono, Yolanda le dijo a Julia, "Tengo que ir a la Iglesia San Miguel, hay algo que necesito manejar."

"Está bien." Julia sabía que ella tenía mucho que hacer, así que no preguntó más, "Te llevaré las cosas más tarde."

Después de la subasta, todavía había un conjunto trámites de pago, Yolanda estaba apurada, así que solo asintió, "Está bien."

En la entrada de la Iglesia San Miguel.

Ramón pensó, "¿La señorita Yolanda vino aquí a tomar fotos, verdad? Es tan hermosa... ¡Sería un desperdicio si no se tomase fotos con ese rostro hermoso!"

Ramón no dijo nada, su mirada se posó en la distancia hasta que apareció una figura.

"¡Es la señorita Yolanda!" Carlos también se dio cuenta, "¡Lo sabía! Debe haber venido a tomarse fotos."

Yolanda llevaba un vestido blanco, bajo el resplandor del sol poniente, toda la iglesia parecía un cuadro.

Parecía una diosa que salía de la pintura, con su vestido blanco flotando y su cabello largo ondeando.

Carlos estaba un poco atónito, después de un rato bajó del auto y abrió la puerta, "Señorita Yolanda, por favor suba al auto."

El brillo en sus ojos era vivaz, tenía una especie de aura espiritual, miró suavemente al hombre en el asiento trasero y luego se sentó a su lado sin mostrar afectación.

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