Ramón, al ver que Yolanda había terminado su comida, no pudo evitar pensar: "La comida de este restaurante parece deliciosa, le gusta este lugar".
Después de comer, Yolanda se subió al coche de Alberto para ir al hotel a buscar algo.
Nina y Fabio, quienes estaban esperando afuera del Restaurante Río Bello, vieron con sus propios ojos cómo ella ayudaba al anciano a subir al coche, ¡y se dirigían hacia el hotel!
Fabio no entendía por qué de repente sentía tanta rabia, encendió el motor de su coche y los siguió.
"¡Es una decisión que ella tomó!". Por alguna razón, ver la pálida y hermosa cara de Yolanda, hacía que Fabio se sintiera furioso.
Quizás porque él creció en el extranjero, no había visto a Yolanda muchas veces, no esperaba que ella luciera tan atractiva cuando se arreglaba, y menos que ella, con su belleza, intentara seducir a un viejo. Si ella viniera a él, quizás, podría ayudarla.
"Sr. Suárez, la Srta. Yolanda entró al hotel, ¿los seguimos?". Carlos vio a Yolanda ayudando a Alberto a entrar al hotel. Podía sentir los celos del hombre en el coche, y eso lo hacía sentir muy incómodo.
"¿Qué tal si le llamas a la Srta. Yolanda? ¿Le preguntas qué está haciendo?",
Ramón lo ignoró, claramente despreciaba su sugerencia. Pero con el paso de los segundos, Ramón finalmente no pudo resistir y sacó su celular para marcarle. Y sólo habían pasado cinco minutos desde la sugerencia de Carlos.
"Yoli". Incluso Ramón no se dio cuenta, pero su tono de voz tenía un toque de coquetería, sonaba un poco lastimero.
"¿Necesitas algo?". Yolanda acababa de salir de su habitación con sus cosas.
"Quiero platicar un rato". En ese momento Ramón sólo quería escuchar su voz: "¿Qué comiste al mediodía?".
"Comida de un restaurante normal". Yolanda entró al ascensor, la señal aún no se había cortado.
"¿Estaba buena?". Al ver que había terminado toda su comida, debía ser deliciosa.
"Estaba bien, no estaba mal".
"¿La próxima vez me llevas?".
Yolanda notó que estaba hablando sin sentido: "¿Me llamaste porque necesitas algo?".
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