La mamá disfrazada romance Capítulo 3

Esteban llevó a Sofía a su casa.

Desde que se separaron de la mujer desconocida, la niña estaba enfadada.

Era evidente que estaba de mal humor, ya que incluso rechazó su helado favorito y corrió a su habitación con los ojos enrojecidos en cuanto llegaron a la casa.

Al ver su expresión lastimera, Esteban tuvo el presentimiento de que su hermano lo iba a moler a golpes.

Se dio la vuelta en silencio y miró al hombre sentado en el sofá.

Samuel llevaba puesta una camisa negra y un pantalón recto. Su atuendo acentuaba a la perfección sus anchos hombros, su estrecha cintura y sus largas piernas.

A pesar de sus cincelados rasgos faciales, la mirada gélida que dirigió a su hermano fue escalofriante.

—Dime. ¿Qué le hiciste a Sofía?

—Por el amor de Dios, Sam. No me atrevería a hacerle nada. ¡Alabaré al cielo para que ella me perdone!

Aunque Esteban era el segundo hijo de la Familia Bonilla, se sentía como si hubiera sido degradado a niñero desde que Samuel regresó con Franco y Sofía hace cinco años. Mientras uno de ellos se metiera en problemas, al final sería él quien asumiría toda la culpa, sin importar la razón que hubiera detrás.

Sin embargo, Esteban pensó que era prudente ir directo al grano antes de cargar con la culpa.

—Pasó algo sorprendente, Sam. Sofía ya puede hablar.

Al escuchar esto, la mirada de Samuel se suavizó mientras la comisura de su boca se levantaba un poco.

—¿Es porque el tratamiento fue efectivo cuando llevaste a Sofía a ver al Profesor Busteros en Condado Férrico?

—No, no es por eso. —Esteban negó con la cabeza antes de continuar—: Yo estaba ahí durante la intervención psicológica. El Profesor Busteros se limitó a aplicar un tratamiento convencional, que no fue diferente de los anteriores.

—¿Cuál fue la causa entonces?

—Sofía conoció a una mujer de unos veinte años en el aeropuerto hoy, Sam. Le gustó tanto que la llamó Mami varias veces. Tendrías que haber visto su cara de enfado cuando estaban a punto de separarse. Sus ojos estaban inundados de lágrimas que no dejaban de caer por su cara.

Pensando en los hechos anteriores, Esteban seguía sintiendo que todo era muy extraño.

Aunque la Familia Bonilla nunca había anunciado a la madre biológica de los mellizos al público cuando Samuel volvió con ellos en aquel entonces, sabían a la perfección que era la hija de la Familia Nava, Yanara.

«Sofía nunca le ha dicho ni una palabra a su madre, así que ¿por qué se dirigiría a una total desconocida como su mami?».

Al igual que su hermano, Samuel también estaba desconcertado.

—Háblame de esa mujer —dijo mientras entrecerraba los ojos.

—Yo no diría que es fea. Pero tenía pecas por toda la cara y era de aspecto ordinario —contestó Esteban mientras se esforzaba por recordar su aspecto—. Sus rasgos faciales eran muy simples. No había nada distintivo en ellos.

—No preguntaba por su aspecto, Esteban.

Capítulo 3 Llamando a Mami 1

Capítulo 3 Llamando a Mami 2

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