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La Noche que Selló Nuestro Destino romance Capítulo 4

Al llegar a la casa donde sus abuelos habían vivido, se encontró con que lo que una vez fue un lugar lleno de vida y alegría, ahora no era más que cenizas con la estructura de un edificio que no había sido completamente consumido por el fuego hace seis años. Ese desolador escenario, superpuesto con los recuerdos de un mar de llamas, era desgarrador.

Ante tal visión de dolor, ella se arrodilló y con profundo respeto, se inclinó ante las cenizas.-

"Abuelito, abuelita, no he cumplido con ustedes, pero juro que les haré justicia." Las lágrimas empañaron su vista, odió su impotencia aquel fatídico día.

Ese mismo día, se enteró por las noticias de algo inesperado: La familias Linares y Suárez habían decidido unirse, el único hijo de los Suárez se casaría con Esmeralda Linares, la única hija de los señores Linares, en un par de días. Al ver las palabras "única hija", Nora sonrió, "Esto se pone interesante. Parece que debo preparar un regalo especial."

Pronto llegó el día de la boda, en la antigua iglesia de Maristela.

La unión de las familias Linares y Suárez era un evento grandioso, con la presencia de muchos medios de comunicación, la boda que costó cientos de miles, sería transmitida en vivo.

En el aparcamiento de la iglesia, se reunieron muchos autos de lujo, y entre los invitados que llegaban, un Lamborghini de edición limitada destacó. La aparición de Fabio, el presidente del Grupo Imperial causó un gran revuelo y sorpresa, opacando incluso a los novios.

"Wow, ¡es el Sr. Zelaya! ¿Estoy viendo bien? ¡Es realmente el Sr. Zelaya!"

"¿Qué hace el Sr. Zelaya en un evento como este?" Alguien murmuró confundido, "La familia Zelaya es de la alta sociedad, ¿cómo se comparan las familias Linares y Suárez? No están ni cerca del mismo nivel."

"¡Es demasiado guapo! ¡Más que en las fotos!"

Entonces, alguien comentó, "Escuché que Adonis Zelaya conoce a Otto Suárez, así que el Sr. Zelaya está aquí para representar a su abuelo en la boda, no creo que ambas familias tengan tratos comerciales."

Fabio, vestido con un traje negro hecho a mano, emanaba una elegancia distante que lo hacía destacar y aunque se mantenía discretamente en un rincón, su presencia era la más brillante, atrayendo a muchas mujeres que, emocionadas sacaban sus teléfonos para tomarle fotos.

La mirada de la chica, ligera y despreocupada, recorrió a Esmeralda, que vestía un traje de novia. "¿Y tú quién eres? ¿De dónde salió esta imitación barata?"

Al levantar su velo, la novia no pudo ocultar su incomodidad, aunque también quedó impresionada por la belleza de esa mujer.

Entre los invitados sorprendidos, estaba Fabio, quien había asistido en nombre de su abuelo, pero ¿ahora se encontraba ante una situación inesperada?

La mirada del Sr. Zelaya se posó sobre la chica del vestido rojo, cuyos rasgos eran delicados, su piel blanca y suave brillaba, emitiendo un aura de nobleza y elegancia que le hicieron sentir como si fuera el regreso de un monarca.

Los periodistas, siempre listos para un espectáculo, no perdieron la oportunidad de capturar el momento con sus cámaras, revelando también la evidente ansiedad y desorientación en los rostros de Daniel y su esposa.

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